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En un acontecimiento inédito asumió hoy, por primera vez en la historia de Colombia, un presidente perteneciente a un partido de izquierda.

por JULIO ALBORNOZ

Gustavo Petro asumió en una emotiva ceremonia junto a su compañera de fórmula, Francia Márquez. Hecho trascendental en la actualidad Latinoamericana, Petro se reunió con varios mandatarios del área, entre ellos Alberto Fernández.

Hoy, por primera vez en su historia, el pueblo colombiano vio asumir a un presidente proveniente de una coalición de izquierda: Gustavo Petro.

Ante cientos de miles de colombianos que abarrotaron la plaza céntrica de Bogotá, el electo presidente tomó juramento en una ceremonia cargada de símbolos: el recuerdo a su compañero Carlos Pizarro -asesinado por el terrorismo de Estado en 1990- y la primera decisión presidencial, que quiebra una orden de Iván Duque: el flamante mandatario ordenó a la Casa Militar que le acercaran la espada del libertario Simón Bolívar, reliquia que había quedado depositada en la Casa de Nariño, sede del gobierno, por decisión expresa de su antecesor, quien había rehusado autorizar su salida. La cumbre con Alberto Fernández y las primeras reformas que llevará adelante su gobierno.

Se sabe que el ministro de Economía será José Antonio Ocampo y se espera que de inmediato se envíe al Congreso un proyecto de reforma tributaria para financiar programas sociales, entre ellos el de la educación universitaria gratuita, y el plan contra el hambre.

También en breve, Petro anunciará como se terminará de conformar su gabinete, del que se desconoce más de la mitad.

Lo más trascendente, es que el nuevo presidente asumirá su cargo contando con mayoría propia en el Congreso. De todas formas, se llegó a través de “acuerdos”, con los que se agregaron recientemente el Partido de la U (fundado para acompañar la reelección del ex mandatario Álvaro Uribe, en 2005, además de luego apoyar el acuerdo de paz de Santos y en 2018, respaldar a Duque), que preside Dilian Toro, y el Partido Liberal, que preside César Gaviria (a quien Francia Márquez había llamado neoliberal, causando un revuelo en medio de las negociaciones). A futuro, su lealtad hacia el gobierno está en duda si surgen problemas, en especial los que puedan afectar a su base de financiación electoral, que justamente no pertenece a los más necesitados, todo lo contrario. También se unieron verdes y otros partidos menores, mientras que la oposición contará con las huestes Uribistas, y las del vencido Rodolfo Hernández. Se desconocía hasta el momento la postura del Partido Conservador y del Radical.

Así, el miércoles se había inaugurado la nueva composición del Congreso de Colombia, con mandato hasta 2026, con mayoría de la coalición del Pacto Histórico. Tomaron posesión de sus cargos, los legisladores electos en las dos cámaras que componen ese poder público. Son 108 senadores y 188 representantes, que suman 296 parlamentarios.

En el Senado, el nuevo presidente es Roy Barreras, que se unió a la coalición de Gobierno, contando hasta el momento con una mayoría de 64 de los 108 legisladores.

Del mismo modo, David Racero, del Pacto Histórico, está al frente de la Cámara de Representantes (diputados), donde contará con una bancada de 106 legisladores que serán mayoría dentro de los 188 totales de la Cámara.

Aún quedan en duda 26 senadores y 45 diputados de la Cámara de Representantes, que conforman las bancadas de los partidos que aún no expresaron su posición, por lo que podría verse incrementada la bancada oficialista en el caso de llegar a nuevos acuerdos.

Viajaron para presenciar la asunción de Petro, los presidentes Alberto Fernández (Argentina), Arce (Bolivia), Gabriel Boric (Chile) , Bolivia, Paraguay, Costa Rica y Honduras, entre otros.

En tanto, se sabe que Venezuela y Colombia tras asumir Petro, restablecerán sus relaciones y volverán a tener embajadores en breve.

A Petro le colocó la banda presidencial la senadora María José Pizarro, hija de Carlos Pizarro, compañero del mandatario en la guerrilla del M-19 y asesinado por el terrorismo de Estado en 1990, cuando era candidato a la Presidencia.

Cumbre entre Alberto Fernández y Gustavo Petro.

En horas previas a la toma de posesión, Petro recibió al Presidente Alberto Fernández en la Casa Privada del Palacio de San Carlos, donde residió el libertador Simón Bolívar. Fernández le dio el respaldo permanente de la Argentina para el gran desafío que tiene el nuevo mandatario de lograr una paz total, con todos los actores del conflicto armado.

Además, Fernández y Petro coincidieron en que América Latina tiene que coordinarse para fortalecer organismos como la CELAC, así como acercar a Colombia al Mercosur, en tiempos de turbulencias económicas a nivel global. Y conversaron también sobre las consecuencias para la región de la guerra en Ucrania y la pandemia.

Por primera vez, Colombia se relaciona con Latinoamérica sin esperar permisos de los EE.UU. De allí que Fernández expresó que “… necesitamos una Colombia activa en el camino de integración latinoamericana”. Y se alegró del restablecimiento de relaciones entre Colombia y Venezuela, tras años de distanciamiento de dos países hermanos que comparten 2200 kilómetros de frontera. Seguro que este hecho es parte de ese camino de integración.

Antes de esta asunción oficial, con cánticos en lenguas ancentrales de los “mayores” (líderes) y un gran mandala lleno de elementos de la naturaleza, el pasado sábado la vicepresidenta y el presidente electos por la alianza Pacto Histórico fueron investidos espiritualmente en la víspera a la toma de posesión formal. “Les quiero agradecer su presencia en este acto ceremonial. Aquí va a comenzar un gobierno de la paz, de la justicia ambiental, de la justicia social. El poder real está aquí, en el movimiento popular“, les había referido Petro a los movimientos sociales.

Los primeros desafíos.

Entre las primeras medidas que Petro enviará al Congreso para ser debatidas, se destacan tres: la prohibición del fracking, la ley de urgencia contra el hambre y una ambiciosa reforma tributaria.

Acerca de esta última, Petro habló de un nuevo esquema impositivo “más progresivo y justo”, buscando que la mayor carga tributaria recaiga sobre las cuatro mil fortunas más grandes de Colombia, con la idea de recaudar cerca de 50 billones de pesos anuales (al cambio actual, unos 11.500 millones de dólares).

Así, el ejecutivo trabaja para recaudar más en 2023, buscando engrosar el erario público nacional con un presupuesto de 391,4 billones de pesos (unos 91,190 millones de dólares de hoy), según se proyecta.

En un país de 50 millones de habitantes, castigado por la subida de la inflación (10,2% interanual), el desempleo (11,7%) y la pobreza (39%), el gobierno propone una batería de reformas para reducir la brecha entre ricos y pobres, en uno de los países más desiguales de la región. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) 19,6 millones de personas estaban en condiciones de pobreza en el país el año pasado. Todo un desafío para el nuevo gobierno. Desde ya, las minorías que dominaron al país hasta ahora no se la van a facilitar. Es trascendental el rol que asumirá el pueblo en su conjunto. Si apoyan a su presidente, serán mayores las posibilidades de éxito.

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