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El gol de Macri… Muy lindo, pero mejor que no juegue el segundo tiempo.

Por EMANUEL GIMÉNEZ

Que el tipo estaba orgulloso de su gol, no hay duda alguna. A todos los que veía les contaba su proeza… es más, hasta a veces les mostraba el video. No importaba quien fuese su interlocutor: un votante, otro amigo o conocido, un periodista, algún que otro famoso, un político del palo… u opositor “amistoso” (que los hubo, y muchos). O también podía ser un embajador, ministro… o hasta un presidente, que lo miraba azorado muchas de las veces no comprendiendo su casi infantil entusiasmo. Incluso a veces lo acompañaba con un chiste, que no siempre era bien recibido (recuerden la cara de Putin o la de Xi Jinping).

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Para bajarles el comedor… a fallos.

EL NIVEL DE OBSECUENCIA DE LA NACIÓN CON MACRI JAMÁS SUPO DE LÍMITES. ESTA NOTA CASI SUPERA AL REPORTAJE DE MORALES SOLA EN SU CANAL DE CABLE. CUÁNDO EL PATETISMO PERIODÍSTICO SE ACUESTA CON LA POLÍTICA…

La verdad, afuera asombra pero a nosotros no. Mauricio Macri adulto era el producto del típico niño bien al que nunca le faltó nada y, peor aún, nunca supo que era no tener algo que necesitaba por mera subsistencia. Cero carencias y pocas responsabilidades reales. Nació con una pila de dinero, no tuvo que pelearla desde abajo… no sabe lo que es. Empezó a laburar después de obtener un título en una facultad privada donde no se le conocen compañeros que lo viera recibirse. Y laburo de… hijo del dueño. No fue cadete, ni administrativo, ni transpiró en un taller o fábrica. Nada de eso. Y al tiempo asumió una empresa en la que lo salvó el padre (y Menem, del que siempre tuvo un excelente recuerdo, como no hacerlo) de ir preso por contrabando a Uruguay en SEVEL.

Eso si, aprendió los vicios paternos más allá de sus choques con su padre. Comprendió la importancia de tener la primicia y así se abocó a espiar a todos (amigos y enemigos), en el Gobierno de la Ciudad primero y en la Nación, cuando fue presidente, después. También conoce al dedillo que hay que tener relaciones poderosas en la política pero más aún en el Poder Judicial. Y así moldeó uno a sus necesidades, también en ambos períodos de gobierno. Y supo que cualquiera lo podía traicionar en cualquier momento, por lo que a los opositores los operaba con lawfare, y a los propios los tenía a tiro de carpetazo.

Pero… ¿atributos personales que lo hacían mejor, más inteligente, más capaz? Tenía muy pocos diría yo, solo los expuestos que no hablan muy bien de su adhesión al republicanismo que pregona por doquier.

Pero bueno, todo esto lo demostró en los cuatro años en los que dirigió al país y lo empujó al desastre luego de haberlo recibido en marcha, tal como lo presentaba ante el FMI en los inicios de su gobierno. Porque pocos saben o recuerdan (los medios “amigos” lograron que así fuera) que la carpeta con la que iba al exterior a pedir guita al por mayor desde que se sentó en el Sillón de Rivadavia (muerto que ahora nos dejó a todos nosotros), se titulaba “Argentina, tierra de oportunidades”, y en ella destacaban la educación (de la que destaca el 98 por ciento de alfabetismo y los 110 mil graduados de educación universitaria por año), el desempleo de “menos del 6 por ciento”, la “infraestructura bien desarrollada”, el mayor PBI per cápita de la región, hasta  “el coeficiente Gini (que mide la desigualdad social) más bajo” de Latinoamérica, (curiosamente) la “baja relación deuda/PBI, del 13 por ciento” y el “sólido esquema institucional”, entre otras. Una imagen muy distinta del “país quebrado” y la pesada herencia de la que hablaban tierra adentro tanto Macri como sus dirigentes.

En síntesis, mintió en campaña, mintió en el debate con Scioli, mintió adentro mientras se sinceraba afuera… y siguió mintiendo hasta que lo convirtieron en el primer presidente que ni siquiera llega a ballotage, perdiendo en primera vuelta. Y miente ahora… la confirmación para los que afirman que “la gente no cambia” o, como decía Néstor Kirchner: “Mauricio… es Macri”.

¿Hay algo de todo esto qué a esta altura pueda sorprender?

Yo creo que no. Como también estoy convencido que la mayoría de sus seguidores tampoco, tan solo a él se lo aceptan mientras que vociferan por cuestiones menores su desprecio por todo lo que sea popular… o latinoamericanista; o cualquier cosa que ponga en riesgo sus privilegios, y a veces tan solo que los haga sentir menos que sus odiados “negros”, a los que les desean condena eterna ni aceptan que asciendan socialmente. Y esto a pesar de que muchos de ellos mismos son fruto de inmigrantes pobres y hasta analfabetos, que llegaron a este país a laburar y crecer para dar a sus hijos una vida mejor a la que ellos tuvieron. Yo mismo vengo de ese lugar y no entiendo la necesidad de clavar a cualquier persona en lo más bajo de la escala social. Tengo además plena conciencia que su progreso es el mío… muchísimo más que la toma de ganancias exageradas de tipos como Macri, que solo me pueden causar desempleo, recesión, quita de derechos, represión y pobreza. Progreso seguro que no, y no es que lo diga yo como una especie de oráculo… es la historia argentina la que me habla y no puedo menos que escucharla y aprender de su sabiduría y vivencias repetidas ante errores repetidos.

Pero volvamos al gol, que hoy vemos que fue en contra para todos nosotros.

Pero… ¿a quién le hizo el ya inolvidable gol Mauricio Macri?

Llorens juega de arquero para Liverpool. ¿Habrá atajado ese día? ¿Se habrá dejado hacer el gol? Si era él… seguro que sí. De Liverpool salió una de las bandas más importantes de la historia del rock. Del Liverpool de Los Abrojos salió la banda de Macri.


Siiiiiii, adivinaste. Al Liverpool, el equipo en el que juegan (y militan) el Fiscal Luciani (que acusa a Cristina Kirchner y se muere por condenarla… y proscribirla para la elección de 2023); y el presidente del mismísimo Tribunal, Giménez Uriburu. A este último, también se lo cuestiona junto a otro integrante del tribunal, Jorge Gorini, por sus visitas al Ministerio de Seguridad de la Nación cuando su titular era Patricia Bullrich. Y la causa ya estaba avanzada. Esto puede cotejarse con los registros oficiales de audiencias del ministerio.

También en Liverpool juega el Camarista Llorens (el que sobreseyó a Macri con una velocidad inusitada pocas veces vista, en la causa por espionaje a los familiares de las víctimas del ARA San Juan mediante un argumento impresentable que sienta un grave precedente que permitirá a futuro a que el gobierno espíe a cualquiera alegando que es por “seguridad presidencial”), que es parte de la Sala I del tribunal de apelaciones, de la que también forman parte Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi. Los tres camaristas fueron nombrados por el presidente Mauricio Macri de una forma llena de ilegalidad: dos de ellos llegaron a su puesto a través de traslados que no pasaron por el Senado, el otro luego de que en 2016 el macrismo hiciera “apurar” un viejo concurso, que estaba trabado en el Consejo de la Magistratura. Todos ellos actuaron en causas (junto al impresentable Irurzún, creador de la doctrina que lleva su nombre y permitió saltear la legalidad y encarcelar a muchos opositores en tiempos de Macri) en las que fueron encarcelados sin sentencia firme el ex ministro Julio de Vido, los empresarios (y dueños de C5N) Cristóbal López y Fabián De Sousa, los dirigentes políticos Luis D´Elía y Fernando Esteche, hasta el ex vicepresidente Amado Boudou (mientras el “arrepentido” disfrutaba de su hotelito boutique en Mendoza, pagado por todos nosotros). ¿La institucionalidad? Esa te la debo, diría Mauricio.

¿Y qué decir del arquero del Liveeerpool, Mariano Llorens? Aparte de que es el compañero de Bruglia y Bertuzzi en la Sala I del Tribunal de Apelaciones, es pintoresco que en el video en el que Macri se regodea por su gol, está parado hacia el palo izquierdo de manera exagerada, dejando el otro libre para que, si el jefe pasa la barrera, la pelota tenga destino de gol. Tal como lo hace cuando hay algún fallo que favorece al macrismo. Ahí sí todas las pelotas son de él…

La cuestión es… ¿Cómo tienen cara estos tipos de hablar de justicia… de institucionalidad… de república? Evidentemente, la cara (y la guita para bancar medios que los cubran de sus desaguisados) les sobra. Ahora me pregunto: ¿En qué piensan los que aún los escuchan? ¿O solo es odio… o estupidez? A esta altura ya no lo imagino pero… ¿pueden pensar que da para un segundo puesto de Macri o algún suplente que nos quiera endilgar? Después de haber visto el primer tiempo, yo no me arriesgaría.

 

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