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Claudio Masckauchian

Tarde, casi anochecer. Café humeante y la espera frente a la computadora en estos tiempos de comunicaciones a la distancia, aunque en este caso no distantes… Y allí la charla, con el artista… su sensibilidad… su arte…

“Siempre dibuje… desde muy niño. Con los años y la experiencia de vida, me atrevo a decir que Dios me regalo un don, la capacidad de decir cosas con el arte, la pintura y el dibujo”.

“De mis padres aprendí muchas cosas… una de ellas es querer a la gente y por eso pienso que el arte, en este caso, pasa por hacer un vínculo con esa gente… con los demás. Es como un nexo que utilizo para acercarme a todos esos “otros” y esta es una cosa que considero realmente un regalo divino”.

“Porque la vida no es fácil cuando uno es distinto. Tal vez, en cada familia, hay uno distinto y no es fácil tener la sensibilidad que se requiere, más estando en un mundo donde lo material tiene más peso que lo humano, y el arte actúa como un medio que nos crea un lugar donde huir cuando la vida se pone densa”.

“Hace años que enseño, pero los 4 últimos, empecé a enseñar en la UNLA (Universidad de Lanús), y me di cuenta de que el vínculo con el arte y la gente era lo mío. Hoy, después de haber pasado por otros trabajos, esto es muy gratificante. Comparto el arte con todos y es una forma de sentir”.

“Hice exposiciones solo y colectivas, dibujo en todos lados y pinto también (…) tal vez sino fuera por esto estaría más viejo o directamente no estaría… la vida sin el arte, para mí, no tiene sentido…”.

“Amo el cine y la música. Ambas me inspiran… (…) el jazz es un condimento muy importante y también me genera muchas ideas… como me pasa también al ver una buena película”.

“Me gusta pintar y dibujar en blanco y negro tal vez porque soy melancólico…”.

“Creo que la meta de todos es lograr la mayor cantidad de momentos de eso que llamamos felicidad, algo que solo consigo cuando pinto o dibujo”.

“El color también está en mi vida, pero solo por la gente… no por mí. A la gente le gusta el color, pero a mí no, por eso pinto en color para los demás, pero cuando lo hago para mí es en blanco y negro y, desde allí, todos esos grises que me parecen fascinantes…”. “Así como Frank Sinatra cantaba “a mi modo” para los demás, ya que odiaba esa canción, yo pinto en color para los otros. Para mí elijo ese blanco y negro interminable, y, me considero, el tipo de los grises… y con eso soy feliz”.

“Ese, en síntesis, soy yo. Al que le gusta el frio y la lluvia… o el que prefiere mirar una película de cine negro que ver un partido… o que elige una mujer madura por sobre una joven, el que le saca una foto a una flor mojada por el rocío para mandársela en un cuadro a una dama… o el que puede estar una noche completa tratando de mejorar un trabajo… el que puede estar en un café un día de lluvia dibujando hasta que no quede nadie, y después le regala todos los dibujos a los mozos… porque soy así: blanco, negro, lluvia, frío, jazz y Sinatra, y ver -otra vez- las tres del padrino de un tirón… ese soy yo”

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