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El Kun Agüero y un gol en contra: “¿Por qué los millonarios deberían pagar más?”.

Por Emanuel Giménez Para URBANAVE, 17/02/2022.

La eterna discusión del impuesto a la riqueza. ¿Qué pasa en el primer mundo con este tributo u otros similares? ¿Es justo o no? ¿Cómo comunicar para que las mayorías comprendan que la redistribución y la búsqueda de mayor equidad es el verdadero camino al desarrollo?

Agüero habló en Twitch, dijo lo que muchos -como él- piensan y no dicen, y el mundo tembló. Es que es innegable la influencia de los ídolos deportivos en el pensamiento de muchos, en especial los jóvenes.

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Sergio “Kun” Agüero criticó el impuesto al patrimonio (a la riqueza en Argentina) y reavivó por un momento la discusión sobre nuestro sistema impositivo, algo que el círculo rojo buscará acallar cuánto antes pues “no es el momento de discutir esto” -nunca lo es mientras los favorezca a “ellos”-.

Retirado del fútbol por un problema cardíaco, el jugador desató una discusión que superó el plano de las redes sociales y llegó hasta el mundo económico: ¿Es justo lo que pagan de impuestos los dueños de grandes fortunas?

“¿Saben lo que es el patrimonio? Me imagino que sí. Es todo lo que vos tenés en el mundo. Hay países que por tener plata en tu cuenta en cualquier parte del mundo a vos te cobran anualmente. Te hago una pregunta: ¿Por qué te cobran? Si vos ya pagás los impuestos”, chicaneó el Kun a sabiendas que el tema iba más allá de sus seguidores, que por el tipo de red social está conformado por muchos jóvenes, de la que buena parte de ellos convive aún con sus padres, pero no están exentos a ser influenciados por este tipo de ideas.

En tono con ese tipo de verdades a medias que esconden un trasfondo que las invalida, continuó diciendo que “… a mí no me molesta pagar los ingresos porque estás trabajando y te está yendo bien. Si ya pagas el 30%, el 50%, como por ejemplo en Inglaterra. Si vos generás plata está bien, pagás. No me convence que pagues un porcentaje anual del patrimonio que vos tengas”.

De inmediato, un adalid de la defensa de los poderes fácticos como lo es el ex fallido ministro de economía de Fernando de la Rúa, Ricardo López Murphy, adhirió: “Lo que dice Sergio Agüero es impecable y es exactamente lo que Argentina debe cambiar. El Estado debe dejar de saquear a los contribuyentes con impuestos. Es el único camino posible para que haya más inversión, más producción y más crecimiento”.

Nada dice que esto se hizo en los noventa y principios de este nuevo siglo con resultados desastrosos: desocupación record, pobreza e indigencia record, desigualdad record, y, como es de esperar con este caldo de cultivo, la explosión social del 2001 que hizo temblar al sistema social, político y económico del país.

Por el contrario, el secretario de Política Tributaria del Ministerio de Economía de la Nación, Roberto Arias, habló a favor de la estructura impositiva que rige en nuestro país. “Muy bueno esto de El Kun Agüero. En varios países europeos, las alícuotas de Ganancias son mucho más altas que en Argentina, aunque no tienen un impuesto a los Bienes Personales (sí pagan altos impuestos a los inmuebles y automotores)”, ilustró a través de su cuenta de Twitter.

Más allá de que no diga claramente que la estructura impositiva argentina es netamente regresiva, si dijo que “… un impuesto como este (al patrimonio) es un buen complemento a impuestos a los ingresos…”, y paradójicamente continuó explicando que “… personas muy ricas tienen muchas formas de evadir… eludir estos últimos. Quizás no es el caso de un jugador de fútbol, pero las leyes tributarias son generales”, concluyó. En cierta forma, Arias naturaliza los privilegios en vez de plantear una solución más definitiva. Que los impuestos al patrimonio se le cobren solo a mega millonarios y que el de las rentas (Ganancias) sea el que verdaderamente recaude, quitando los atajos por donde evadir y persiguiendo a los evasores de manera eficiente. Esto permitiría la quita de impuestos regresivos (Ingresos Brutos, a los cheques, etc.) que son distorsivos y solo sirven a fines recaudatorios sin que sean benignos para la economía de la producción. También, esto permitiría reducir la alícuota del IVA, de la que no hay que olvidar comenzó en el 13 por ciento y, Menem-Cavallo mediante, la llevaron al 21 por ciento actual.

Arias también expresó que “… es genial que el Kun levante estos temas para fortalecer el debate ciudadano”, una forma de expresar la necesidad de esta discusión que dispare la tan atrasada reforma impositiva en el país, haciendo que el sistema impositivo sea más equitativo y eficiente a los fines productivos.

Ahora, dicho todo esto… ¿es justo o no un impuesto dirigido a millonarios?

Para comenzar esta discusión, debemos poner sobre la mesa algo fundamental: en la Argentina, los impuestos a la propiedad o a los patrimonios es bajísima, representando tan solo el 1 por ciento del total recaudado. Además, se necesita hacer una diferencia entre el Impuesto a las Ganancias y los que gravan a los grandes patrimonios, porque es mucho mayor la diferencia que existe entre la riqueza, que la que se observa entre los ingresos. Gravar el stock de riqueza extrema hacen al esquema muchísimo más progresivo.

Negar la necesidad de esto es pedir que el Estado, en vez de recaudar entre los que más tienen, tal como sucede en cualquier economía desarrollada, en vez de gravar para financiarse a los deciles de mayores ingresos y, más aún, a los que entre ellos acumulan mayor riqueza, lo haga a partir de un impuesto indirecto (y menos justo en materia de equidad) como el IVA que no tiene en cuenta la capacidad contributiva del aportante, sino que grava a todos por igual, lo que construye un esquema impositivo sumamente regresivo. Y si vemos la pirámide de la recaudación impositiva en Argentina, impuestos como este representan el 65 por ciento del total recaudado.

Y entonces, la discusión impuesto al patrimonio si o no, pasa a otro plano. Obviamente que quien deba pagar este tipo de tributo se oponga pues va en contra de sus interés personal (individual). Pero las sociedades, para prosperar, deben tener una mirada social, donde el interés colectivo debe primar sin que ello sea abusivo. Establecer límites es viable socialmente, pero seguir generando desigualdad solo nos condena al fracaso y a la destrucción del tejido social, algo que tarde o temprano le volverá como boomerang a quienes hoy no quieren devolver algo de lo que la sociedad les brindó para generar su riqueza. Es primordial por ello asegurar el hecho de que está bien que paguen más impuestos los que más tienen y que paguen menos los sectores más bajos de la población.

Porque la desigualdad se acrecienta con facilidad en este capitalismo actual donde ya no hace falta producir para agigantar la riqueza… basta con especular.

Por ejemplo, digamos que una persona tiene un patrimonio acumulado de 10.000 dólares y otra de 10 millones de la misma moneda. Si ambos llevan su capital acumulado a un fondo de inversión, quien tiene los 10 millones puede negociar un rendimiento del 3 por ciento anual. El poseedor de los 10.000 dólares a gatas le sacará un 0.5 o un 1 por ciento. Proyectado en el tiempo, sin impuesto a la herencia mediante, lo que generamos es una plutocracia (“forma de gobierno en que el poder está en manos de los más ricos o muy influido por ellos”, algo que salvo en períodos excepcionales sucedió en nuestro país. Es lo que se oculta, la diferencia que produce cada vez (y más rápido día a día) mayor desigualdad, justo el fenómeno económico que se busca contrarrestar, y del que hablan (y alertan) economistas como Bernardo Kliksberg, Thomás Piketty, Joseph Stiglitz o Daniel Markovits.

Y la protesta por esto en Argentina es ridícula. Ese 1 por ciento del total de la recaudación que se cobra con este tipo de tributos, se contrapone con un 12,5 por el mismo camino en Francia, por ejemplo.

REDUCIR DRÁSTICAMENTE LA DESIGUALDAD COMO FORMA DE HACER UN PAÍS SUSTENTABLE EN LO ECONÓMICO Y EN LO SOCIAL.

Son impuestos progresivos, porque su tributación corresponde a una parte minoritaria: quienes más riquezas tienen. Son de los más justos y existen en todo el mundo, en Argentina son los impuestos a los Bienes Personales.

Representan en términos reales un 4,3 %, en comparación con otros países es bajo: en Francia es del 12,24 %. Solo en el impuesto a la riqueza, Suiza recauda el 3,62% del total de los recursos tributarios, España el 2,6 %, y el promedio de la UE es del 2%.

Es como debería ser en estos lares: quienes más tienen, más pagan. No es un tema menor… Si consideramos que la desigualdad a nivel mundial, según un estudio de Tomas Picketty, es grosera. El 10 % más rico tiene el 76 % de la riqueza; y en América Latina (el lugar más desigual del mundo), el 10 % más rico tiene casi el 80% de la riqueza total. Por esto es necesario un régimen tributario que vaya en ese sentido.

La desigualdad ya no da para más… que el Kun recuerde que no todos los que eran pobres como él tenían su habilidad, que muchos de ellos aún viven (y peor que antes quizás) en donde lo hacía él. Las estadísticas dicen que más del 80 por ciento del total no podrá hacer nada para salir de esa situación. Él es un elegido… que no confunda esto con una meritocracia mentirosa.

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