Política, ecología, cultura y economía...
Noticias

Enrique Santos Discépolo: 70 años en la inmortalidad

POR Julio Albornoz

Como compositor fue el autor de tangos inolvidables como “Cambalache” y “Yira…”. pero también fue una gran dramaturgo, actor y hombre de cine. Enrique Santos Discépolo interpeló a la sociedad argentina de su tiempo con la causticidad de todo lo que salía de su cabeza.

Como compositor fue el autor de tangos inolvidables como “Cambalache” y “Yira…”. pero también fue una gran dramaturgo, actor y hombre de cine. Enrique Santos Discépolo interpeló a la sociedad argentina de su tiempo con la causticidad de todo lo que salía de su cabeza. El bien llamado “filósofo del tango” fue un artista completo, un todoterreno cuya obra trasciendió su vida y que mantuvo su frescura y vigencia hasta la actualidad. A 70 años de su muerte, Urbanave quiso homenajearlo como a otros grandes de nuestra cultura.

Ese ‘Cambalache’, con el que reflejó como nadie la crisis de los años ’30 del capitalismo, y su zarpazo en dictaduras, violencias y miserias, en la Argentina, pintó, quizás sin saberlo, una obra que sigue (lamentablemente) vigente hasta nuestros días. Ese siglo XX “problemático y febril”, donde “el que no llora no mama y el que no afana es un gil”, es un calco de estos tiempos de capitalismo exacerbado. Y también supo esbozar el cambio de épocas, del melancólico abandono del barrio, los amigos, el fin de una juventud de casas bajas y potreros que ya no volverían en aquel “Cafetín de Buenos Aires”… Ya entonces, Discepolín era un poeta que había dibujado en “Yira… yira” esa in-diferencia de un mundo “que es sordo y es mudo” ante la catástrofe de la pobreza y la desocupación causadas por la crisis de los años ’30.

Como la mayoría de los grandes artistas argentinos del siglo XX, sufrió la censura cuando se prohibió la difusión radial de sus tangos “Chorra”, “Que vachaché” y “Esta noche me emborracho”, con el estúpido pretexto de la supuesta promoción de un lenguaje vulgar, cuando en realidad el problema era que esos temas despertaban la conciencia del pueblo sobre la dura realidad argentina. Así, se constituyo en tiempos de la década infame (junto a Celedonio Flores) en la voz de quienes estaban silenciados por su condición social.
Para muchos, no es alocado afirmar que difícilmente otro autor argentino pueda volver a sacudir nuestra conciencia tan fuertemente como Discépolo lo hizo entonces. Y más allá que en el ranking de los tangueros, Homero Manzi permanezca invencible, en tanto encarna el ideal poético de modo pleno, la transversalidad de Discépolo es única.
También si de radio se trata, es ineludible la referencia a Discépolo con su participación en “Pienso y digo lo que pienso”, donde interpelaba al gorila Mordisquito, en la búsqueda de que entendiera que sus intereses de clase media eran totalmente diferentes a los de la oligarquía antiperonista. Una muestra de su propio trajinar político, pasando de Forja al peronismo.
Simplemente, único y desde siempre subido a la tribuna de los inmortales…

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.