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Jeff Beck: otra guitarra que se marchó al olimpo.

por JULIO ALBORNOZ

Nunca le interesó hacer música buscando ese hit que lo trascendiese, le alcanzó por su hambre de búsqueda de nuevos sonidos para sus guitarras, su forma patentada para “peinar” este instrumento que lo igualó con los monstruos de la guitarra, Además, nos regaló el recuerdo imborrable de un Luna Park increíble, allá por el 2010.

A los 78 años, por una meningitis bacteriana que lo llevó a la muerte terrenal rápidamente, el miércoles por la noche falleció uno de los más grandes guitarristas del rock y el blues: nada menos que Jeff Beck. La muerte lo llevó de una forma poco romántica… poco rockera para alguien que vivió y se codeó con la crema del rocknroll. No fue por excesos de drogas o alcohol al estilo Hendrix o Joplin, ni autos deportivos estrellados en una autopista sin límite de velocidad como, ni nada glamoroso para un genio de la guitarra como él. Pero eso sí, lo hizo como vivió, sin estridencias ni circo… tan solo luego de una descomunal carrera en la que tocó a la par con la mayoría de los grandes del rock.

Empezó reemplazando nada menos que a Eric Clapton en The Yardbirds, donde estuvo algo más de un año -era conocido su “difícil” carácter, lo que acompañado por su gusto por la nigromancia derivó en su separación en medio de una gira por EE.UU-.

A partir de allí, el “mago de las seis cuerdas” comenzó una carrera solista, que terminó solo el pasado martes con su muerte. Fueron once discos, que comenzaron en 1966 luego de grabar el tema “Beck’s Bolero”, hasta el día de hoy considerado una pieza de culto incluso. Y la formación con la que lo grabó estaba compuesta nada menos que por Jimmy Page, John Paul Jones, Keith Moon y Nicky Hopins, un verdadero “equipo de los sueños” entre las estrellas de rock en ese entonces.

 

 

A los 78 años, a causa de

una meningitis murió Jeff Beck,

llamado en el planeta rock

“el mago de las seis cuerdas”


 

Lo suyo no fueron los grandes hits, pero sí un estilo experimental con el que “peinó” la guitarra, y que le hizo cruzar armas con gigantes de la escena.

Pasó por la Argentina en 2010, con un show demoledor en el Luna Park.

Si bien hubo y aún hay guitarristas que incluso podían y pueden hacer hablar o llorar a su instrumento, Geoffrey Arnold, tal era su verdadero nombre, sabía peinarla.

Lo demostró en “Brush with the Blues”, tema que forma parte del repertorio del álbum Who Else (1999) y cuyo título hace alusión a ese arte, algo de lo que usualmente se jactaba.

Beck fue un violero genial… como pocos, pero nunca fue un artista masivo, que arrastrara masas y visitase los rankings, con la excepción de su tema “People Get Ready”, que realizó con la voz de su amigo Rod Stewart. 

Jeff Beck se subió a su pedestal en el Olimpo de los mejores intérpretes de la guitarra eléctrica, muy próximo a los de Pappo, B. B. King, Stevie Ray Vaughan y Robert Johnson…

Aquí, aún quedan muchos de los que gozaron su presencia y pudieron tocar con él y su maravillosa Fender Stratocaster.

Como su amigo Jimmy Page, con el que compartieron casi sesenta años de guitarra y que lo llevó a introducir a Beck a un merecido lugar en el Salón de la Fama del Rock and Roll, en calidad de solista.

Atrás estaban esos seis premios Grammy que ganó y le quedaban chico a un artista al que también le sentaba muy pequeño que lo llamaran “guitar hero”.

Su mayor orgullo era haber hecho un mano a mano con Les Paul, el guitarrista con el que descubrió que ese instrumento también tiene la cualidad de peinar. Ya deben estar zapando…

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