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José Antonio Berni

Gracias a nuestro amigo el arquitecto José Belziti nos encontramos en el domicilio de José Antonio Berni, fotógrafo, escritor y ganadero, “criador de vacas”, e hijo de uno de los más grandes artistas plásticos argentinos, Antonio Berni (1905-1981).

Cafés mediantes comenzamos hablando de la excelente película de Lorena Muñoz, Los próximos pasados (2006), sobre el “mural” –“Ejercicio plástico”- de David Alfaro Siqueiros, realizado por encargo de Natalio Botana, editor y fundador del diario Crítica, en 1933, en el cual participara el mismísimo Antonio Berni, junto a otros artistas plásticos de renombre (Lino Enea Spilimbergo y Juan Carlos Castagnino).

“Cómo hijo de mi padre participé del documental de Lorena, aportando relatos aportados por él (…) pero quiero referirme a un hecho sucedido en los comienzos del rodaje. La directora y miembros de su equipo fueron asaltados a punta de pistola cuando se dirigían a la que fuera la quinta de Botana…en Don Torcuato.”

“A fines de la década de los sesenta o comienzos de los setenta, mi padre me lleva a Don Torcuato, con el objeto de mostrarme lo que seguía en pie de toda esa experiencia y sacar algunas fotografías de ese mural. El mural estaba muy deteriorado por varias “intervenciones” que había sufrido –desde aquellos años- (…) mi viejo no me había contado casi nada acerca de todas estas historias sobre Siqueiros, Botana y Blanca Luz…La casa con el tiempo fue demolida y el lugar se transformó en una “selva” –como se ve en la película de Lorena Muñoz-.

“Nos conocimos con José Antonio en la escuela primaria, en el barrio de Almagro, después hicimos la secundaria en el San Martín de la calle Quito, en el mismo barrio, recuerdo a Antonio Berni pintando en su estudio…” (nos dice José Belziti).

José sigue aportando datos técnicos acerca del “ejercicio” de Siqueiros, un verdadero “experimento” que poco tenía que ver con la propuesta ideológica del movimiento muralista mexicano, del cual el pintor formaba parte.

“Mi viejo me hizo un comentario humorístico acerca de lo paradójico del “mural” de Siqueiros, no ocupaba un espacio público para la vista del pueblo, estaba casi escondido en el sótano de la propiedad de un millonario como Botana.” (José Antonio Berni).

En la conversación se cruzan el arquitecto Salamone en la década de 1930 y los “intentos” de una arquitectura popular durante el primer peronismo (1946-1955) …Filosofía, historias de la arquitectura, política –aportes de un entendido como el arquitecto José Belziti-.

Memorias y olvidos de artistas, obras y museos acompañan otra ronda de cafés, entre muebles y objetos de arte con historias, habitantes de la “casona” de Berni a pocos pasos de la esquina de Rivadavia y Gascón.

¿Cuándo comenzaste a “ejercer” la fotografía José Antonio?

“Empecé haciendo fotos de las obras de mi viejo, a la edad de quince años…y después asumí el oficio y el lenguaje de la fotografía, publiqué libros y expuse mis fotografías dentro y fuera del país (…) “cazar”, encuadrar, descubrir la rareza y la belleza de lo cotidiano, que muchas veces está delante nuestro y no nos damos cuenta, no lo vemos.”

“Publiqué mis trabajos en España e Italia y realicé varias exposiciones en nuestro país, hice dos libros junto a una gran poeta amiga, Luisa Futoransky, “Desaires”, 2014 –uno de ellos- “.

¿Te fuiste al exilio en 1977?

“Si…y volví al país en 1991, todos esos años viví y trabajé en Francia, nacieron mis dos hijas, que viven allá, hice mi vida y por eso no volví en 1983, no tenía la “valija preparada” como otros exiliados. Tenía contacto con el exilio, con las Madres de Plaza de Mayo, las marchas ante la embajada argentina en Paris, pero no quería complicarle la vida a mis viejos, que habían decidido quedarse en el país. En una ocasión pusieron una bomba que voló la puerta de esta casa, amenazas de la policía a mi vieja por su participación en un acto por Martins y Centeno, en el año 1970”.

De los siniestros años de la dictadura cívico- militar (1976-1983) pasamos a otro tema que apasiona a José Antonio Berni, el “campo” –“palabra que no me gusta como se la instrumenta por estos tiempos”.

“Hay una parte de nuestra sociedad que permaneció fuera de toda la historia que sufrimos (…) hoy tenés lo que quedó de ese “interior”, un puñado de sobrevivientes que se convirtieron en “soldaditos” de Monsanto.”

¿Cuándo comenzaste tu vida en el “campo”?

“Desde siempre, de toda la vida, el campo era de mi abuelo, entonces no hubo “elección”, está en la provincia de Córdoba, entre Carlota y Río Cuarto. Una zona donde desembarcaron los “agro-traficantes”, así los llamo yo, en esta zona están concentradas las cuatro empresas más importantes que manejan todo lo relacionado con las tecnologías agrarias, la “agro-industria”. Ahí reside la “otra Argentina”, la que no les jodió la dictadura, la que “siempre caminó tranquila por la calle”, la “parte sana de la sociedad”, la “no contaminada por ideologías extrañas al ser nacional”, los que vieron desaparecer los ferrocarriles y los pueblos –durante el menemato- y le abrieron las puertas de par en par a Monsanto y al glifosato. El actual Canciller, Solá, fue el artífice de la destrucción del campo argentino (…) Urquía es hoy el “sostén” de todo este andamiaje y no se puede “hablar mal” de él, es un “intocable” (…) No hay más abejas, ni aceitunas, los árboles se secan, todo es fumigado sistemáticamente con “productos” prohibidos en otros países. Todo el campo argentino es tributario de esas cuatro empresas a las que me refiero. Pero aparecieron dos especies resistentes al glifosato, entonces se puso en circulación el 2-4D y además tres productos más, con un alto índice de volatilización, lo cual hace que el viento y el calor los “desparrame” por todos lados y así aumente el daño a plantas, animales y personas. En millones de hectáreas han desaparecido las abejas, los picaflores, el aumento de casos de cánceres en el pueblo, se está despoblando el campo, como se secan los árboles se secan los establecimientos de cuarenta y cincuenta hectáreas…todos los campos se abandonan, se pierde una cultura.”

Recorremos memorias comunes, José Belziti, Berni y yo nacimos a comienzos de los cincuenta…la resistencia peronista, las izquierdas, los sesentas y setentas, la masacre de Ezeiza, aparecen nombres…Jorge Rulli, José Luis Nell, las FAP, los movimientos rurales, el MoCaSE, el Grupo de Reflexión Rural, el cine documental…Luis Sabini y la revista Futuros, “Pino” Solanas y sus “La dignidad de los nadies” y “Los pueblos fumigados”…las calles de París que portan el nombre de Salvador Allende, la falta en estos tiempos de un proyecto latinoamericanista y la ruptura en la continuidad de gobiernos populares en nuestra América, los medios de comunicación concentrados, los medios comunitarios, el documental irlandés “La revolución no será televisada” sobre el intento de golpe contra el presidente Chavez en Venezuela –año 2002- y volvemos a la fotografía –oficio apasionado de un “optimista” José Antonio Berni- y a su resistencia contra los intereses de las corporaciones agro-traficantes…

“Esta realidad, así como está, no va más (…) los niveles de angustia, opresión y decadencia llegaron a un límite insoportable (…) serán diez o cincuenta años, pero el cambio de mentalidad tendrá que llegar.”

Estas dos horas de encuentro y diálogo en la casa de José Antonio Berni se continuarían en un frugal almuerzo –en el espacio cultural vecino- y en los dos libros de fotografías que Berni nos obsequiara (Desaires, junto a la gran poeta Luisa Futoransky y “Fotografías” de José A. Berni -2002-) y el de relatos breves “Mareando la perdí”, Albert Editor, 2017.

“La geografía sentimental de José Antonio Berni está hecha de sobrios, pero no por eso menos poderosos, restos de naufragios. Sus fotografías nos atraen (…) porque traducen con pasión lo indecible.

Intensas, sus fotografías dan testimonio de un amplio espectro que va de lo grotesco a lo patético, y radiografían como nadie nuestra frágil inestabilidad. (…) sus fotos son vulnerables, como la alegría más honda.

La trampa y el desafío consisten en que “todo es autobiográfico, todo es un retrato, incluso si se trata de una silla”, dice Lucien Freud.”

(Luisa Futoransky, José Antonio Berni entre la inquietud y la furia)

Bibliografía consultada:

“Cautivo. El mural argentino de Siqueiros”, de Álvaro Abós, Editorial Libros del Zorzal, 2004, Buenos Aires, Argentina.

Filmografía consultada:

Los próximos pasados, de Lorena Muñoz. La pueden ver en la red, https://youtu.be/SL-_AV3e3JY

Un agradecimiento muy especial a nuestro amigo José Belziti y a José Antonio Berni por su hospitalidad.

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