La denominada “oposición dialoguista” reclamó al Gobierno de Milei su incorporación bajo la excusa fallida desde siempre de la llegada de inversiones, algo que nunca sucedió cada vez que se ha precarizado el empleo en Argentina.
En medio de la negociación que desesperadamente el oficialismo lleva a delante buscando evitar otro rechazo que haga caer la llamada Nueva Ley Ómnibus, el ejecutivo de Javier Milei busca colar la reforma laboral que figura en el DNU, rechazada no solo por el Senado Nacional sino también suspendida por la justicia laboral.
Con esto, busca colocar entre los artículos que componen la ley, la implementación de todas las flexibilidades que llevarían a los derechos de los trabajadores a niveles de casi un siglo atrás.
Bajo la tutela de los legisladores de la llamada oposición dialoguista, la administración libertaria ve el resquicio para colar el fin del derecho laboral en nuestro país, derechos que junto al derecho universal a la educación forman los pilares en los que sostuvo por décadas la movilidad ascendente en el país, algo que distinguió a la Argentina del resto de Latinoamérica y hoy nos quieren vender como el ancla para su desarrollo, cuando dicho peso en verdad recae en las políticas neoliberales de sumisión económica y entrega de soberanía.
Volviendo a esta nueva intentona del gobierno de devolvernos a la primarización del siglo XIX, época que falazmente nos venden como gloriosa cuando en verdad solo lo fue para la minoría a la que representan, esa “casta” que nos vendió siempre al imperio de turno y combatió denodadamente contra los gobiernos populares nacionalistas y latinoamericanistas, ahora fue la administración de Milei a través de su ministro del Interior, Guillermo Francos, el receptor del reclamo de varios bloques para incorporar aspectos de la reforma al nuevo borrador del proyecto. Según dichos salidos de la mismísima Rosada se dice que la idea es mantener la columna vertebral del proyecto original diseñado por Federico Sturzenegger, aunque ya se admite que no queda otra alternativa que negociar para hacerla más digerible, más aún para una sociedad que escucha como los despidos aumentan día tras día. Saben bien que en poco tiempo más, las cifras del desempleo y la pobreza que camina a la par desnudarán las verdaderas intenciones de su plan de gobierno.
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El “bolacero” presidencial, Manuel Adorni, mintió sobre el tema (como suele hacer seguido) en su ya habitual e insoportable conferencia de prensa diaria, comentando que las reformas laborales (de la ley en cuestión) “han tenido un consenso mayoritario” y que (peor aún) el objetivo del ejecutivo es que con esta reforma sé de paso luego a una reforma previsional, en una lamentable reedición de las desastrosas AFJP, algo que ya comenzó con el actual desguace que se hace de la ANSES.
Y continuó con la mentira: “… lo entiende parte de los sindicatos, parte de la política, parte de los empresarios y nosotros”. En realidad solo un pequeño grupo (de los llamados “gordos”) acompaña la medida que si bien es rechazada por la mayoría del arco sindical, la tibieza de sus dirigentes hace casi invisible e inútil esa pobre resistencia.
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El ministro del Interior afirmó que “nosotros somos receptivos a que lo se busca incorporar. Hay un plenario de comisiones que va a tratar cuando consigamos todos los acuerdos, se tratará la ley bases en las comisiones y verán si se puede adjuntar”. “Todo lo que sea para mejorar cuando llegue el momento de discutirlo en el parlamento se discutirá (…) y verán si quieren incorporar algunos aspectos de la ley laboral”. La verdad al día de hoy solo llegó al Congreso un borrador, al que hasta ahora solo acompaña parte de Cambiemos con Jorge Macri, Silvana Giudici, Silvia Lospenatto y un entusiasta Cristian Ritondo a la cabeza. O sea, los aliados naturales de LLA que también acompañaron antes sin éxito al DNU de Milei.
“El bloque del PRO va a volver a acompañar. Esta ley es necesaria sobre todo para el tema de atraer inversiones”, dijo Ritondo…
Humildemente desde URBANAVE les rogamos que por lo menos cambien el verso por favor… esto ya lo dijo Martínez de Hoz, Menem, De la Rúa (con Bullrich y “quincena” Sturzenegger) y Macri y lo único que llegó fue precarización y desempleo. Lo que llaman “inversiones” solo es timba financiera y cada vuelta timbera por estos pagos nos sale más caro que los viajes de Milei para ver a la novia en el teatro, los que hace con la hermana para recibir premios de cuarta en Meameee o tan solo para sacarse selfies con Trump.
A ver si antes de que se comience a tratar en comisiones en el Congreso a mediados de abril (buscan que para alrededor del 24 de ese mes llegue al recinto) los sindicatos, la oposición “verdadera” y los movimientos sociales se ponen las pilas para rechazar lo que sería la muerte de los trabajadores argentinos y la vuelta de la esclavitud.
Esta vez cantemos ese “Ooooo juremos con gloria morir” por algo más importante que un partido de futbol.