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Los motivos de la renuncia de Roberto Feletti a la secretaría de Comercio Interior.

por JULIO ALBORNOZ

Ayer, el funcionario cercano a la vicepresidenta Cristina Fernández, dimitió en desacuerdo con la política del Gobierno para tratar de controlar la inflación.

Luego de que se tomara la decisión de traspasar Comercio a la órbita del ministerio de Economía que comanda Martín Guzmán, el aún entonces secretario de Comercio Interior se reunió con el ministro, al que ya le había planteado una serie de condiciones básicas para continuar en el cargo.

En esa reunión anterior, Feletti le transmitió a Guzmán tres puntos básicos que, el hoy ex secretario consideraba “innegociables” para controlar el alza de los precios. Guzmán lo escucho y dijo que debía estudiarlos con mayor detalle.

Ya para entonces, el equilibrio entre Guzmán, Feletti y Matías Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo, ya se dejaba ver inestable por muchas razones, de las que la primera era una de las tres condiciones de Feletti, las retenciones a las exportaciones, y la segunda el análisis político que se hacía sobre el contexto.

El hecho de fondo era que la transferencia de Feletti a la órbita de Economía, más allá de que empoderaba a Guzmán otorgándole quizás una última chance para resolver en un plazo cortísimo el grave problema inflacionario que hoy se muestra incontrolable, escondía además otra movida. Que el ministro de Economía, el funcionario más cuestionado por el kirchnerismo pudiese absorber (y con ello controlar) al único cuadro con algo de influencia en áreas económicas que respondía a la vicepresidenta, Cristina Fernández, haciendo que, si este se quedaba en el cargo, pagara los costos de alinearse al éxito o al fracaso del plan del ministro de economía.

Aun cuando lo intuyó luego de la última reunión que había tenido con Guzmán, El viernes último, Feletti supo que sus iniciativas habían sido rechazadas. A partir de allí, la renuncia era una decisión tomada. Tan solo faltaba consensuar con los integrantes de su línea interna la forma de hacerlo.

Ayer, finalmente, el secretario de Comercio Interior presentó la renuncia a su cargo en desacuerdo con la política de control de precios del Gobierno. Casi de inmediato, se supo que su reemplazante será el hasta hoy director del Banco Central, Guillermo Hang, funcionario del riñón de Guzmán.

Mientras, Feletti anunciaba la renuncia a través de las redes sociales, donde explicó que la misma se la había enviado al presidente de la Nación (y no a Guzmán). Además, buscando no agrandar heridas abiertas, el ex funcionario agradeció (además de al presidente) a los ministros Matías Kulfas y Martín Guzmán “por su trato siempre profesional y respetuoso”.

CUÁLES ERAN LOS TRES PUNTOS QUE HABÍA SOLICITADO FELETTI COMO CONDICIÓN “INNEGOCIABLE” PARA CONTINUAR EJERCIENDO SU CARGO.

Los tres puntos que Feletti le entregó a Guzmán eran los siguientes:

  • Crear un Comité de Crisis para analizar el conflicto global y su impacto en alimentos, deslizando de esta forma su deseo de sentarse en la mesa del gabinete económico, en el cual no participaba, considerando que el titular de economía y finanzas dejaba de lado a la pata kirchnerista de las decisiones macro de la economía.
  • El segundo, achicar la brecha entre Precios Cuidados y Descuidados (hoy en un 40 por ciento), dando más aumento a Cuidados y negociando con empresas que no hubiera más remarcaciones.
  • El tercero, implementar un mecanismo para desacoplar precios internacionales de los internos. “Es retenciones, cupos o algo”, le había dicho Feletti a Guzmán. El ex secretario explicaba que antes de marzo existía un escenario en relación a los precios que ahora había cambiado mucho, algo que inclusive expresó en su carta de renuncia.

Si bien ninguno de los puntos era del agrado de Guzmán, el primero porque no quería participación del kirchnerismo en la toma de decisiones, el segundo porque implicaba cierto compromiso de castigo a quienes no acatarán los términos de los acuerdos de precios (abandonando el “consenso”, el que nadie puede explicar cómo funciona porque nunca existió compromiso empresarial con lo acordado), pero el tercer punto, directamente era indigerible para lo actuado por Guzmán hasta hoy.

Feletti al acercar su idea a Guzmán, se respaldó en un informe de los técnicos de Comercio Interior quienes habían hecho un cálculo rápido de retenciones e impacto, ya resignados porque buena parte del trigo de la actual cosecha estaba vendido. Calcularon su eventual impacto porque, además, se estaban quedando sin caja para financiar los fideicomisos del trigo, y había que conseguir dinero para sostenerlos de algún lado.  Así, expresaron que en febrero de este año (cuando nació la idea del fideicomiso), la tonelada de trigo cotizaba cerca de 25 mil pesos y el Gobierno suponía que podía llegar en el mediano plazo a 32 mil o 34 mil, es decir, un subsidio de entre 7000 y 8000 pesos. Pero hoy el valor es de 45 mil pesos, ergo, el subsidio es de 20 mil pesos, complicando su sostenimiento. Y si en vez de esto, tal como planteaba Feletti desde antes de ser funcionario, se hubiese tomado la decisión de acomodar las retenciones, se hubiese llegado al siguiente escenario: si sólo se hubiesen subido retenciones del 12 al 15 en trigo (también pueden aumentarse las del maíz, del 12 al 15, y las de girasol del 7 al 15, sin pasar por el Congreso Nacional), el Estado hubiese conseguido ingresos por 638,75 millones de dólares. Así, con esos ingresos no solo se hubiese logrado el derrumbe inmediato de los precios internos de productos básicos, sino que, a la vez, habría fondeo para sostener los fideicomisos de precios estables y otras medidas de control de precios considerados fundamentales y delicados para las capas más desprotegidas de la población y de las clases medias.

Pero Guzmán ya había dicho, días antes, que no habría retenciones. Y lo propio había hecho Julián Domínguez, titular de Agricultura, quien más enfrentado estaba con el secretario de Comercio Interior saliente. Pero el mundo seguía presionando, la FAO directamente habla de hambruna mundial, y Feletti insistió en ponerlas.

Hasta la neoliberal publicación inglesa “The Economist”, hablando acerca de la decisión de la india de cerrar sus exportaciones para controlar sus precios internos, alertó esta semana sobre los riesgos alimentarios de no proteger los mercados internos. Hoy, mientras en el mundo la dinámica de los grandes productores de alimentos gira alrededor de la protección de los precios internos, la Argentina cede ante las presiones de una minoría muy concentrada, constituida por la Sociedad Rural y un grupo de grandes corporaciones exportadoras nacionales y foráneas, y rechaza el debate sobre si se puede o no aplicar retenciones móviles de acuerdo a los precios de los alimentos, que incluso son una herramienta bastante menos radical que cerrar las exportaciones, como muchos países hoy hacen.

COMO AFECTA ESTO AL INTERIOR DEL FdT.

Es difícil aun dimensionar cuanto puede influir la renuncia de Roberto Feletti dentro de la coalición oficialista. Hasta el momento la escalada se mueve en un subibaja que parece no tener fin para el regodeo opositor, algo que los medios explotan permanentemente, buscando mellar la imagen de Cristina y máximo Kirchner, que junto a Kicillof ven como a los “enemigos” más peligrosos, con capacidad de interferir en sus planes de retorno del macrismo al poder político.

Pero a diferencia de otras veces, la primera reacción de Feletti fue de contención del espacio, aun poniendo en foco la “diferencia de criterios” existente entre los grupos que conforman el universo oficialista. Así, en sus primeras declaraciones tras el conocimiento de su renuncia, dijo que “el traspaso de la Secretaría de Comercio desde el Ministerio de Desarrollo Productivo hacia el Ministerio de Economía de la Nación abre una nueva etapa, en la que este último se hará cargo de la política económica de manera integral, incorporando a su órbita la política de precios y demás misiones y funciones atinentes a la Secretaría que encabecé hasta aquí. En ese sentido, considero que la actitud más razonable y profesional de mi parte es facilitar que el Ministerio de Martín Guzmán tenga libertad para seleccionar funcionarios y funcionarias que compartan el rumbo definido y el programa fijado”. Y haciendo un balance de sus más de siete meses de gestión en la Secretaría de Comercio Interior destacó “… la consolidación del programa + Precios Cuidados, que actualmente cuenta con el doble de productos que tenía cuando asumí; el afianzamiento del programa Cortes Cuidados en todo el país; la incorporación de una oferta de frutas y verduras a las canastas vigentes; la renovación de Ahora 12; la puesta en funcionamiento del Fondo Estabilizador del Trigo Argentino, del Fideicomiso privado para la harina, y los fideos secos en góndola, y la actualización del fideicomiso privado para el aceite de girasol y el aceite de mezcla entre otras medidas”.

Pero la negativa del ministro Guzmán de aplicar retenciones y presionar a empresarios evasores y reacios a acompañar a cualquier medida que implique favorecer al oficialismo, hizo que la inflación haya crecido con intensidad, en particular en los últimos meses, con elevadas marcas del 6,7% para marzo y 6% para abril.

Fue el propio Guzmán el que tensó la cuerda y se plantó en sus ideas al expresar que “vamos a gobernar con los que estén alineados con este programa económico”.

En respuesta a esto Feletti expresó que “bajar la inflación implica macroeconomía y política económica. Pensar que la Secretaría con cuatro canastas y los fideicomisos del trigo y el aceite puede cambiar un cuadro de impacto internacional con los insumos y los productos exportables sobre los precios es pedir un milagro”, a lo que agregó que “… controlar la inflación es tarea de la macroeconomía, del diseño del Ministerio de Economía”, concluyó apuntando hacia Martín Guzmán.

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