Se continúa esperando por la ratificación y posterior reglamentación del Convenio, algo perturbador debido a la pasividad del Ejecutivo y el Congreso de la Nación. Son muchos los países que ya lo han hecho y luego de 20 años, en Argentina, el Congreso mira hacia otro lado. A esta altura, es imposible no pensar que la ratificación no fue hecha por la presión y el dinero del lobby tabacalero.
Buenos Aires, 23 de febrero de 2023. Cada año mueren más de 8 millones de personas a causa del cigarrillo. En la Argentina se producen cerca de 45.000 decesos por enfermedades asociadas al tabaquismo. Frente a este contexto, hace 20 años, los países miembros de la Organización Mundial de la Salud aprobaron por unanimidad, el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) que fue ratificado hasta la fecha por 182 países, pero aún no por la Argentina.
Si hacemos foco en toda América Latina, el nuestro es uno de los países con más fumadores de la región. Un 22% de la población fuma y un 14% de las muertes en un año están relacionadas con el consumo de tabaco. Incluso, casi el 8% del gasto público en salud es para tratar enfermedades relacionadas al tabaquismo.
Mientras que la recaudación en impuestos al tabaco es inferior a lo que gastamos en atender el daño que produce a nuestra gente. En 2019, la recaudación fiscal que generó este producto cubrió menos del 26% de los gastos que tuvo el Estado para atender las enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco. Además el impacto de la industria tabacalera va mucho más allá de los costos a la salud, sino que es una problemática que golpea a la economía y al medio ambiente.
Argentina implementó (aún sin haber reglamentado el convenio con la OMS) un conjunto de medidas en cuanto a la publicidad y el envasado del tabaco. En 2005, previo a implementar estas medidas, en nuestro país fumaba casi un 30% de la población. En 2018, la cifra era de poco más del 22%. La cantidad de fumadores se redujo en un 25% aproximadamente. Una cifra bastante baja en comparación con Brasil, donde se redujo en más de un 70%, o Colombia, donde fue un 50%. Los números nos dicen que la ratificación es fundamental para la salud pública.
Al día de hoy, la Argentina es uno de los pocos países del mundo que no ratificó el Convenio Marco. Un país con los niveles más altos de tabaquismo de América Latina y dónde más de 45 mil personas mueren al año por causas atribuibles a este producto.
Uruguay, por ejemplo, ratificó el convenio hace casi 19 años, el 9 de septiembre de 2004, durante el gobierno de Jorge Battle. Luego, comenzó a aplicarlo a partir de febrero del 2005. El presidente Tabaré Vázquez, médico con especialización en oncología y radioterapia, fue el encargado de llevar adelante esta política y llegó hasta el enfrentamiento con una tabacalera multinacional, Philip Morris.
Esta férrea decisión de los uruguayos produjo, en perspectiva, beneficios para la salud de la población. Por caso el consumo de tabaco pasó del 35% de la población fumadora a 21,6% en 2017. Hacia 2019, había bajado a menos del 20%. Casi un 50%.
En jóvenes de 15 a 24 años dicha prevalencia descendió hasta 2014 de 24,7% a 14,6%. El descenso de la prevalencia del consumo habitual de tabaco es acompañado de una disminución en el promedio de días de consumo, pasando de 17,2 días en 2011 a 13,6 días en 2014. Es decir que se registra una disminución en la proporción de estudiantes que declaran que fumaron en el último mes y también se constata que aquellos que fumaron lo hicieron, en promedio, por menos días.
Lamentablemente, con la llegada del gobierno del neoliberal Lacalle Pou, con la excusa de la autenticidad del producto, modificó la reglamentación antitabaco y permitió que los fabricantes puedan incorporar elementos distintivos en los cigarrillos y en el interior de las cajillas, además de la marca en su exterior.
Aquí, la Coalición para la Ratificación del CMCT en Argentina, integrada por las principales sociedades médicas, solicita a las Autoridades de la República Argentina que se ratifique el CMCT y así se comience a transitar el camino hacia el descenso sostenido del tabaquismo y sus efectos sobre la salud de los argentinos.
Philip Morris contra Uruguay: Un fallo histórico.
El tribunal de arbitraje del Banco Mundial (BM) falló el 8 de julio de 2016 a favor de Uruguay en la demanda impuesta por Philip Morris International (PMI), una de las mayores tabacaleras del mundo, para evitar la aplicación de medidas antitabaco en el país sudamericano.
En 2006, por iniciativa del presidente Tabaré Vázquez, quien es oncólogo de profesión, Uruguay comenzó a implementar una serie de medidas para desalentar el consumo de cigarros entre la población.
En febrero de 2010, PMI demandó por US$25 millones al Estado uruguayo por considerar que sus políticas antitabaco perjudicaban comercialmente a la empresa.
La multinacional, con sede en Lausanne, Suiza, llevó su reclamo ante el Ciadi (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones), dependiente del Banco Mundial, asegurando que Uruguay violaba un tratado de promoción y protección de inversiones que firmó con Suiza en 1998.
El juicio era visto con atención por parte de la industria tabacalera y de los países interesados en tomar medidas similares, pero que podrían verse intimidados por los posibles gastos judiciales de un litigio internacional.
De hecho, era la primera vez que una empresa tabacalera demandaba a un Estado ante un foro internacional.
El consumo de tabaco en Uruguay bajó de 35% en 2005 a 22,2% en 2014, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística del país. FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
El tribunal dictaminó que los demandantes “deberán abonar a la demandada la suma de US$7millones a cuenta de sus propios costos, y serán responsable de la totalidad de los honorarios y gastos del Tribunal y del Ciadi”.
Uruguay como precedente.
“Las medidas sanitarias que hemos implementado para el control del tabaco y protección de la salud han sido expresamente reconocidas como legítimas y además adoptadas en función del poder soberano de nuestra república”, dijo Vázquez en un mensaje al país luego de conocerse el fallo. “Expusimos en el arbitraje, que no es admisible priorizar los aspectos comerciales por encima de la defensa de los derechos fundamentales como son la vida y la salud”, agregó.
“Esta es una enorme victoria en la lucha por la salud pública”, dijo a la agencia AFP el abogado de Uruguay Paul Reichler. La histórica decisión, continuó el abogado, también sirve como “precedente” para los países que deseen luchar “contra el flagelo del consumo de tabaco”.
Tabaré Vázquez, ex presidente del Uruguay en dos oportunidades (2005-2010 y 2015-2020). Tras el fallo, dijo que el país “defendió su poder soberano”. FUENTE DE LA IMAGEN, GETTY IMAGES.
Por su parte, Marc Firestone, vicepresidente de PMI, dijo a través de un comunicado: “Nunca hemos cuestionado la autoridad de Uruguay para proteger la salud pública y este caso no abordaba temas generales de políticas sobre el tabaco”.
También afirma que PMI “respeta la decisión” del tribunal y que la compañía “ya no forma parte de ninguna reclamación de protección de inversiones”.
Las medidas antitabaco.
Durante el primer periodo de gobierno de Vázquez (2005-2010), por ejemplo, se prohibió fumar en espacios públicos cerrados, con lo que Uruguay se convirtió en el quinto país del mundo “libre de humo”.
Dos cosas que en Uruguay ya no existen: paquetes de cigarros sin advertencias y la marca “light”. FUENTE DE LA IMAGEN, GETTY IMAGES.
También se aplicaron impuestos más altos al tabaco, se prohibió la publicidad e incluyeron advertencias en las cajetillas, entre otras medidas.
Vázquez, quien fue reelecto como presidente de Uruguay para el periodo 2015-2020, afirmó que “ante la evidencia científica y de manera irrefutable” de que fumar causa adicción y provoca enfermedades comoel cáncer de pulmón, enfisema pulmonar, insuficiencia cardíaca y accidentes cerebro-vasculares, se decidió “instrumentar firmemente” el convenio marco para el control del tabaco.
El consumo de tabaco en Uruguay bajó de 35% en 2005 a 22,2% en 2014, y a menos del 20% hacia 2019, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística del país.
Por todo esto, es impostergable la ratificación y reglamentación del convenio con la OMS.
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