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Vuelven a encender las luces del mural de Evita

El jefe de gabinete Santiago Cafiero y los ministros de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, y de Salud, Ginés González García, rindieron esta noche homenaje a Eva Perón, a 68 años de su fallecimiento, iluminando los murales monumentales del histórico edificio de Avenida 9 de Julio y Moreno. El encendido se realizó a las 20.25, el horario de defunción de Evita.

También estuvieron presentes la diputada Cristina Álvarez Rodríguez, sobrina nieta de Eva Perón; los dirigentes sindicales Carlos Acuña (CGT) y Roberto Baradel (CTA); las secretarias del Ministerio de Desarrollo Social, Laura Alonso (Inclusión Social), Erika Roffler (Articulación de Política Social), Alicia Soraire (Abordaje Integral), Cecilia Lavot (Gestión Administrativa) y el secretario Gabriel Lerner (Niñez, Adolescencia y Familia).

“Volver a iluminar los murales de Evita representa el compromiso que tiene el gobierno de Alberto Fernández de trabajar por lo que menos tienen. Sabemos que hoy hay muchas necesidades, por eso tenemos la obligación de garantizar nuevos derechos para generar una Argentina más justa, en la que nadie se queda afuera”, sostuvo Arroyo.

Evita tras casi siete décadas.

​La vigencia simbólica de su imagen construida por el amor de un pueblo, convirtiéndola en una figura central de la política argentina que ya nadie duda será para siempre, generó -como suele suceder con este tipo de personajes- un amor incondicional en sus seguidores y un odio irracional en quienes detestaron no tanto a ella como a lo que representaba y que ponía en peligro privilegios y prebendas que están desde el inicio de nuestra historia.

Evita hablando a los descamisados desde el balcón de la Casa Rosada.

Hoy, a 68 años de su desaparición física, investigadores, sociólogos, historiadores, y escritores cambiaron ideas y conceptos acerca de los motivos de su trascendental influencia política y social, además de la infinita cantidad de amores y odios en distintos sectores de la sociedad argentina.

Basta pensar que tan solo actuó políticamente un puñado de años (con Juan Perón en la presidencia solo fueron seis) para darse cuenta de la gigantesca tarea a favor de su pueblo que desarrollo hasta sus últimos días, algo que le valió ese amor incondicional que aún hoy perdura. Y de la mano de estos actos, también perdura el odio de una clase dominante (y la tilinguería que la acompaña, muchas veces en contra de su propio interés) que la detesta profundamente. Son los mismos que escribieron “Viva el cáncer” en las paredes de la ciudad y hoy van con pancartas de “Néstor llevátela” a los cacerolazos macristas. Son los mismos que generaron y generan mensajes violentos y antidemocráticos acusando a sus oponentes de lo que ellos mismos producen, mientras que se arropan en un republicanismo inexistente. Los que odian lo popular y alaban los tiempos de dictaduras o dictablandas neoliberales.

En una consulta realizada por Télam a raíz de este aniversario, los historiadores Sergio Wischñevsky y Julia Rosemberg; la periodista y escritora María Seoane; y la doctora en Ciencias Políticas e investigadora del Conicet, Carolina Barry; intercambiaron conceptos sobre la vigencia de la figura política nacida en Los Toldos en 1919, esposa del ex presidente Juan Domingo Perón, que falleció con solo 33 años, el 26 de julio de 1952.

“La vigencia de Eva se mantiene porque es una de las figuras históricas nacionales que más encarnó la lucha de los conflictos sociales y políticos que tienen cierta continuidad en la historia argentina” (Julia Rosemberg,autora del libro Eva y las mujeres: historia de una irreverencia).

“Eva tiene un costado de mito donde posee muchos elementos del cuento de la Cenicienta, ya que es de origen humilde, es bella, llega al poder, tiene la capacidad de lograr la movilización popular y muere joven, lo que genera todo un conjunto de mayor atracción en diferentes sectores de la sociedad” (Carolina Barry, quien escribió los libros Evita Capitana y La Fundación Eva Perón, entre otros).

“Evita es una de las figuras de la política argentina que se reactualiza siempre por muchos motivos, como ser una muerte joven en su apogeo con dos hitos muy fuertes como la reivindicación de los humildes y una militancia feminista no explícita (…) representada en culminar con su lucha algo que habían comenzado otras grandes mujeres, para que el voto femenino fuese posible” (Sergio Wischñevsky, historiador)
 

“Evita fue tan amada por las mayorías populares y tan odiada por las minorías oligárquicas-entrelazadas en el poder militar, eclesial y terrateniente- que nunca murió”. expresó María Seoane, periodista y escritora (entre sus muchos libros escribió “Evita, esa mujer”). Y concluyó diciendo que “Eva desafía el rol doméstico de la mujer y la lanza al ideario de esposa, madre, militante, trabajadora. Eva es la síntesis de la larga lucha de las mujeres por su transformación en protagonistas de su destino personal y político”.

Con respecto al odio exhibido en redes sociales o manifestaciones contra el Gobierno nacional y la cuarentena, Rosemberg aseguró que “hay una relación muy clara del odio del ’45 al odio que hay hoy en día” debido a que “se mantienen los mismos argumentos donde todavía se tiene una narrativa de aquel entonces como criticar su llegada al poder, su profesión de actriz, y es el odio a una mujer de origen humilde que se animó a cuestionar en los hechos la estructura de poder en la Argentina”. Y señaló que “…el odio contra Evita y el peronismo se mantiene del ’45 con los mismos argumentos y la misma fuerza y virulencia”, concluyendo que “(el odio) se amplificó por su condición de mujer, no se le perdona su condición de clase ni de género”.

En ese sentido, Wischñevsky sostuvo que “Muchos republicanos odian más a Evita que a algunos dictadores que hubo en nuestra historia y eso tiene que ver con que ella no solo está proponiendo un modelo de país, sino que está cambiando la forma de lo que se entiende por republicano, ya que ella cree en una democracia popular y no tanto desde lo institucional”.

En línea con esto, Seoane afirmó que “el mismo odio y temor a Eva que expresaban los sectores dominantes, las corporaciones económicas, es el que expresan ahora las corporaciones financieras y mediáticas contra Cristina Kirchner. (…) Los que odiaron a Eva porque no les temía ni la podían comprar ni quebrar, como odian a Cristina porque tampoco les teme ni se somete. Y los líderes populares, como enseñó el caso de Eva, no se borran con inventos judiciales ni tapas de diarios con mentiras a repetición. La historia debería mostrarles que fue inútil”, concluyó.

Por CARLOS CRUZ para Urbanave

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