A pesar de que el gobierno busca mostrar que tiene todo bajo control, la situación es desesperante, lo que hace que no sea factible esconder el cuadro que se vive en las ciudades en las que se dio el rebrote.
Es realmente impactante la velocidad a la que se propagó el rebrote de Covid-19 en China, luego que el gobierno fue obligado ante las protestas a abandonar su política de estrictas cuarentenas y testeos masivos. Actualmente, los casos nuevos se cuentan de a millones (en un país que tiene 1400 millones de habitantes), más allá que oficialmente solo se admitan algunas muertes.
Mientras, en las llamadas “clínicas de fiebre” que hay en cada hospital, los médicos dicen que no hay más camas… que el sistema colapsó por la cantidad de contagios.
Así, todas las salas se ven abrumadas, desbordadas ante la oleada de personas que requieren atención. Agolpan pacientes hasta en los pasillos, e incluso hay gente en colchones sobre el piso, y dicen que ya no hay lugar para más. Las unidades de cuidados intensivos rechazan ambulancias, con familiares desesperados que exigen camas. Ante las negativas y derivaciones, recorren hospitales hasta en ciudades vecinas en busca de una atención que algunos consiguen y a otros tantos les es negada por la imposibilidad de atender más personas. Muchos… tan solo mueren antes de hallar un lugar.
Las causas de todo esto son varias, comenzando con las furiosas manifestaciones de noviembre, en las que la población marchaba exigiendo a las autoridades que aflojen los controles, cuarentenas y testeos permanentes.
Langfang, en la provincia central de Hebei fue el área que conformó el epicentro de uno de los primeros brotes de China después de que el estado revirtió los controles estrictos a partir del 7 de diciembre, luego de masivas y foribundas protestas. Durante semanas, todos negaban la expansión del rebrote, con pobladores que permanecían en sus casas en silencio, ya que la gente se enfermaba y se quedaba en casa. El virus, mientras tanto, se seguía expandiendo.
A nadie le interesa hablar de COVID, testeos o cuarentenas.
Mientras tanto, la gente, en general actúa como si nada pasara. Muchos obviamente ya curados, vuelven a sus actividades normales y así, restaurantes y mercados están llenos, los autos circulan en el tráfico infernal como años atrás, y muchos medios anuncian el regreso a la normalidad que no es tal.
Todo, mientras el virus se muda a otras regiones, y el gobierno -que antes negaba el rebrote- blanqueó que se producen 37 millones de casos de Covid-19 diariamente en el país. Tal es la magnitud del rebrote. Y la realidad, como decimos en esta nota, se ve en las salas de emergencia y en los crematorios, en cuyo día a día en ellas, ya sea en pequeñas ciudades o gigantescas urbes, más allá de la vuelta de los jóvenes al trabajo, muestran que la situación aún está lejos de la normalidad. Puede que temporalmente se reduzcan las colas en los hospitales, pero dentro de ellos muchos ancianos pelean contra la muerte en desventaja, abarrotando las UCI… y las funerarias. Todo un presagio para el resto de China.
El gobierno (ya lo reconoce) solo cuenta las muertes por neumonía o insuficiencia respiratoria, achicando mucho los números de fallecidos. Incluso así, luego del 7 de diciembre, fecha en la que se decidió dejar de lado las restricciones ante la protesta social, los muertos pasaron de 7 a 5241, toda una muestra…
HOSPITALES QUE COLOCAN PACIENTES EN PASILLOS, IMPROVISAN SALAS, PELEAN CONTRA LA FALTA DE OXÍGENO, IBUPROFENO Y ESPACIO HABILITADO PARA ATENDER PACIENTES DE COVID.
Y finalmente, el jueves según informó el Financial Times, (que recogió una minuta de la NHC, organismo a cargo de la pandemia) afirmó que unos 248 millones de habitantes se habían contagiado desde el 7/12, y que durante la última semana, se dio un pico diario de 37 millones de casos de Covid. Si bien el gobierno no confirmó ni desmintió de manera oficial esta noticia, el ridículo número de 7 muertos es insostenible en medio del panorama que visibilizan los crematorios, las funerarias y los hospitales.
Además, hay escasez de pruebas de antígenos y, peor aún, de medicamentos antipiréticos. Hasta fueron denunciados robos de ibuprofeno en varios hospitales.
Expertos de la OMS (Organización Mundial de la Salud) han calculado que habrá entre un millón y medio y dos millones de chinos fallecidos, hasta fines de 2023, aclarando que la manera oficial de hacer el conteo de muertes “subestimaría el verdadero número de muertos”. Incluso se observaron hospitales donde acomodaban gente en corredores donde ni siquiera se podía acceder a electricidad y oxígeno, lo básico de una UCI para salvar a una persona.
El plan de vacunación… muchas dudas sobre su efectividad.
Todos creen que China, por fabricar sus propias vacunas, tiene una excelente cobertura preventiva que lograba cubrir al total de su población. Esto está lejos de ser real. Sus 1400 millones de habitantes, su rol en la política internacional que lo hace muchas veces atender necesidades externas antes que las propias, y la baja calidad demostrada por sus vacunas, son cuestiones que le juegan en contra a la hora de la efectividad de su plan de vacunación.
Hasta el momento, el gigante asiático ha podido dar solo tres dosis de vacunas a un 42% de su población mayor de 80 años, el segmento más vulnerable en el que las muertes se multiplican en las estadísticas de cualquier país. Además, es una porción grande de la población de un país que envejeció de manera sostenida año tras año.
Hoy, un 8% de su población es mayor de 70 años (unos 112 millones de personas), y de ellas, hay 27 millones que superan las 8 décadas de vida (casi el 2% de la población). O sea que hay mas de 11 millones de chinas y chinos mayores de 80 años casi sin vacunar, y unos 35 millones que tienen entre 70 y 80 años, en el mismo estado. Ni hablar del porcentaje de vacunados por debajo de los 70 años…
Para peor, como ya dijimos, las vacunas fabricadas en el país (las únicas que se aplican) tuvieron una perfomance pobre, realizadas con una tecnología que se mostró ineficaz para combatir el virus, por lo que países que las habían adquirido en la emergencia, las reemplazan por otras vacunas.
A LOS PACIENTES SE LOS COLOCA DONDE SE PUEDE, LAS FUNERARIAS TRABAJAN LAS 24 HORAS Y LOS CREMATORIOS NO DAN ABASTO. EL CUADRO DRAMÁTICO QUE VIVE CHINA HOY.
Todo resulta en un cocktail donde se mezclaron bajas tasas de vacunación… con una vacuna que se mostró bastante ineficaz para combatir el Covid. Algo que preocupa a la comunidad internacional por el peso de la población china en el total mundial, que permitiría en caso de un contagio incontrolable, la aparición de nuevas cepas del virus, algo que volvería a poner en jaque a todo el mundo.