China comenzó hace unos días a realizar maniobras militares alrededor de Taiwán tras la, cuanto menos, desubicada visita de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes del Congreso de EE.UU (y representante del Partido Demócrata por el Estado de California desde hace ya 35 años) a la isla, que mantiene desde hace décadas un conflicto con el gigante asiático, que no reconoce su independencia y considera a la isla “territorio chino”.
La actual, es la movilización militar más grande de la historia en las cercanías de la isla. Los ejercicios con fuego real se prolongaron hasta el domingo y para Taiwán implican “un bloqueo marítimo y aéreo”.
A raíz de esto, el embajador argentino en el gigante asiático, Sabino Vaca Narvaja, responsabilizó a la funcionara de EE.UU al considerara su viaje “una provocación”.
El representante diplomático argentino en el gigante asiático agregó además que hay “un paralelismo entre Taiwán y las islas Malvinas”, y afirmó que en Argentina “se entiende muy bien el reclamo de China y el impacto negativo que tiene en la construcción de un orden mundial más armónico, más equilibrado”. “Los dos perseguimos el concepto de integridad territorial”, terminó enfatizando.
Y predijo que en la búsqueda del reconocimiento de soberanía de ambos territorios “… tanto China como Argentina van a conseguir por las vías pacíficas este resultado (…) Estamos trabajando de manera conjunta y la época colonial se terminó”, concluyó.
Y sobre el asunto en particular, Sabino Vaca Narvaja finalizó diciendo que “La mayoría de la comunidad internacional se ha expedido sobre este sentido ratificando el principio de una sola China y criticado la actitud de [Nancy] Pelosi, como una injerencia en asuntos internos y una provocación”.
En la región cercana al conflicto, Japón reportó la caída de misiles en aguas propias, cerca de Okinawa, cuna de la familia Miyagi y presentó una queja ante China. Esta semana dos decenas de aviones militares chinos cruzaron por un rato la línea media en el Estrecho de Taiwán, un límite informal que se había cruzado pocas veces, según el Ministerio de Defensa de Taiwán.
Además, el gobierno chino instó ante la Unión Europea a que EE.UU. se haga responsable de sus actos y reiteró que “Taiwán forma parte del territorio chino y entrometerse en sus asuntos es una violación de la soberanía”.
Una consecuencia que muchos no tienen en cuenta es que Taiwán es uno de los principales fabricantes de chips del mundo, por lo cual, una escalada de las tensiones podría aumentar la escasez de chips en todo el mundo. Para los tiempos que vivimos, cargados de computadoras en los más variados artículos que forman parte de nuestra vida cotidiana, sería una verdadera tragedia.