Política, ecología, cultura y economía...
Noticias

Un año más

Calle sin salida

Quiero escribir algo esperanzador de cara al año que se avecina. Eso es lo que suele hacerse en las publicaciones que ocupan los últimos casilleros del almanaque, pero no sé muy bien por dónde empezar

Leandro Alva. Diciembre de 2021, Temperley.

Otras noticias...

Discos que no podés dejar de oir

VACUNACIÓN

Pugliese, Pugliese, Pugliese

Quiero escribir algo esperanzador de cara al año que se avecina. Eso es lo que suele hacerse en las publicaciones que ocupan los últimos casilleros del almanaque, pero no sé muy bien por dónde empezar. Hace un rato, Gabriel Boric ganó las elecciones en Chile, y esa podría ser una punta para intentar desmadejar este dilema. Había muchas posibilidades de que Kast, el candidato de la ultraderecha, se alzara con el triunfo, por tanto esta circunstancia electoral ya consumada no deja de ser un alivio. Y creo que esa es la palabra correcta: alivio. No podría calificar esto como una alegría plena, ya que sabemos que los misérrimos adalides de la genuflexión trabajan sin descanso para reclamar el poder en cualquier momento.

Los hemos visto operar impunemente durante toda la pandemia, jugar con la salud de propios y ajenos, acaparar capital político a partir de las ominosas cifras de fallecidos, y unas cuantas atrocidades más que no tiene sentido estar recordan-do a cada momento.

Pero no me quiero detener a hablar demasiado de los que están en la vereda de enfrente de la vida, junto a los restos putrefactos de pequeñas dignidades pretéri-tas. Creo que sería mucho más saludable traer aquí a los de mi propia familia, a los que yo hubiera elegido en el pan y queso para jugar el picado del barrio. Son muchos. Algunos cayeron por culpa del maldito Covid, otros tuvieron que soportar diferentes via crucis personales que terminaron con sus vidas pero siguen acompañándonos, su ejemplo está con nosotros. No voy a hacer nombres porque temo algún olvido involuntario, alguna injusticia chapucera que no me perdonaría.

Solo quiero mencionar que en estos días se cumplen 20 años de aquel irreparable 2001 en el que muchos de ellos estuvieron en la misma plaza que yo, aunque entonces no nos conocíamos.

Y si bien dije que no iba a nombrar a nadie, hay un nombre que resume todo lo que nos arrebató este 2021 y todo lo que de esperanzador se avizora en el horizonte próximo. Me refiero al escueto par de sílabas que solía designar a mi gran amigo y colega de URBANAVE, Luis Cruz. Hace unos meses, el corazón de Luis dijo basta. Ese mismo corazón sigue siendo reloj, brújula y fuego inextinguible; todavía nos alerta sobre los tiempos difíciles que habremos de transitar y nos señala el camino correcto, el más floreciente. Por eso, entre mis deseos de renovación para 2022 creo que sería sensato pedir que un poco más de su ejemplo y su conducta se refleje en mis acciones. Un poquito, no pido más que eso.

En la TV los trasandinos continúan con los festejos. Ha triunfado la democracia y alguien canta una de Víctor Jara “canción que ha sido valiente siempre será canción nueva”.

Nos vemos el año que viene. ¡Salud!

CALLE SIN SALIDA
POR Santiago Linari
15/12/2014Veo la vida desde una Ventana que da al mar y a veces creo que me estoy muriendo, pero estoy naciendo otra vez desde mi última muerte. Por eso celebro este momento tan fugaz, que es como un desvanecerse y un despertar, en los límites de mis propias parodias voy dejando una huella de sangre y me siento en la sombra de mi mismo pero con toda la luz que irradia el universo. En esa bruma mi madre pierde el sentido y yo la ubico en un lugar de mi plexo y yo soy un poco su locura de vivir, su locura de desangrarse en cada Nacimiento, de irse tan rápido y sin explicación, como en un paréntesis tomar el duelo de la muerte en todos sus silencios, en la belleza ultima de su rostro, en la profunda variedad de paisajes, en los trenes, en los barcos, su fantasma en los caminos, en los hoteles, en todas las marcas que mi cuerpo va dejando, como si quisiera asirse a un nombre, como si quisiera dejar una luna dibujada en el cementerio; una luna blanca y perfumada como otras lunas. Y será que me pierdo en los embarazos mirándola, que me pierdo en las noches naufragando su frescura, su aliento que está en mi sangre y en mi grito.
También podría gustarte
Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.