Mientras recrudece la guerra ante el avance ruso que cerca las principales ciudades de Ucrania, ambos contendientes se acusan mutuamente de poner en riesgo la seguridad mundial mediante ataques a las plantas atómicas existentes en Ucrania. En tanto, el presidente de la Unión Europea, el belga Charles Michel, desestimó este domingo el pedido del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, acerca de cerrar el espacio aéreo ucraniano para frenar el ataque ruso, ante lo que Estados Unidos reaccionó diciendo que la negativa no impide a los países de la OTAN entregar aviones de combate a Ucrania.
Ante este panorama, el MInisterio de Defensa Ruso acusó a los servicios secretos de Ucrania y a las milicias ultraderechistas de preparar explosiones en un reactor nuclear para acusar a Rusia de poner en riesgo la seguridad mundial, mientras que, al mismo tiempo, el gobierno de Ucrania acusa a Rusia de atacar con misiles las plantas atómicas de su país, de las que depende el 50% de la provisión eléctrica.
Tras el fracaso de la propuesta rusa de instalar corredores humanitarios (fracaso del que también se culparon mutuamente), Rusia aceleró el avance de sus tropas y consolidó su cerco alrededor de la estratégica ciudad de Mariúpol.
Mientras tanto, Europa y Estados Unidos discuten avanzar con más sanciones económicas y con la ayuda militar a las tropas ucranianas. En lo económico, los norteamericanos impulsan la posibilidad de avanzar con un embargo petrolero y gasífero, algo resistido sobre todo por Alemania, debido a sus altos costos para Europa, mientras que en lo militar, analizan la forma de proveer aviones de combate a Ucrania, que vio destruidas sus capacidades de resistencia en los primeros días de las operaciones rusas.