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EL LEÓN ARGENTINO

Luego de décadas de carrera, a nadie se le escapa que León Gieco es, al día de hoy, el número uno de los trovadores y cantautores de la Argentina… un prócer vivo al que todos quieren ver y oír; un artista comprometido y talentoso que, como nadie, hace una crónica de nuestra historia y nos conecta a ella de una manera única e irrepetible. En su inquieto andar buscando las raíces de nuestro país primero, y de todo el continente luego, realizó los más originales y maravillosos trabajos de investigación, que luego transformo en canciones, películas y hasta libros. Recorriendo las huellas ajenas en sus recopilaciones, colocó a la vez su inmenso aporte fruto de su extraordinaria creatividad. En síntesis, enriqueció enormemente nuestras vidas con su exquisito arte. Lo que lo hace más genial e imprescindible aún es que lo hizo mientras acompañaba nuestras luchas.

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Aún hoy, luego de tantos años, nos sigue marcando con el ejemplo un camino claro, una huella cada vez más profunda. Como supo decir Teresa Parodi, “todos sabemos desde donde va a mirar la vida León Gieco a través de la música. Es muy conmovedor el vínculo que León estableció con el pueblo”. Y lo es porque donde él se presente hay de inmediato una empatía profunda con el pueblo fruto de que él conoce hondamente sus sentires. Todos confían en sus canciones… todos le creen. Para un músico comprometido como León, más no puede desear.

Setenta años de Gieco… una vida paralela a la nuestra que nos fue marcando un camino de lucha constante que no se permite la claudicación ante la injusticia. Aquel niño pequeño y su guitarra más grande que él se convirtieron en un monumento de vida que nos regala su fuerza y su ejemplo para seguir adelante… sin resignarnos a esto… sabiendo que todo puede ser mejor si sabemos que queremos y caminamos firmemente hacia ello.

León Gieco nació el 20 de noviembre de 1951 en la provincia de Santa Fe. Exactamente en una chacra cercana a la localidad de Cañada Rosquín, en el centro de la provincia.  Desde pequeño mostró sus dotes de músico luego de comprar, aún siendo un niño, una guitarra con la que pronto se luciría en los actos escolares. De ahí solo hubo un paso para que formara un grupo folklórico a la vez que empezó a alternar esto con una banda de Rock, “Los Moscos”. En esta última, comenzó a hacerse conocido en los pueblos vecinos por sus interpretaciones de temas de los Beatles, los Stones, y otros, llegando a ganar un concurso para que el grupo toque en el Canal 5 de Rosario, allá por 1965.

A los dieciocho años fue a probar suerte en Buenos Aires. Recién llegado, conoció a Litto Nebbia y a Gustavo Santaolalla, quien le dio la oportunidad de tocar al comienzo de los espectáculos de artistas más reconocidos, como David Lebón, y luego lo hizo invitar al Buenos Aires Rock Festival en 1971, 1972 y 1973.

Justamente en 1973 lanzaría su primer álbum (“León Gieco”), grabado con Gustavo Santaolalla. Allí logro el reconocimiento del público a través de temas que luego fueron himnos: “Hombres de hierro” y “En el país de la libertad”, entre otros. Luego de otros dos discos y de las presentaciones con Porsuigieco, grupo formado con Raúl Porchetto, Charly García, Nito Mestre y María Rosa Yorio, con el que tuvieron cierto éxito, lanzó ya como solista “El fantasma de Canterville” disco que a pesar de sufrir la censura del Proceso (Gieco tuvo que cambiar la letra de seis canciones y eliminar otras tres) fue un éxito que lo hizo realizar múltiples shows no solo en Argentina, sino también en otros países de Sudamérica. Debido a la situación política de Argentina, se mudó a Los Ángeles por un año, y en 1979 editó su cuarto disco, junto con su tema más famoso (y que lo haría conocido en todo el mundo), “Sólo le pido a Dios”; canción que fue traducida a casi todos los idiomas y cantada entre otros por Bono, Joan Manuel Serrat, Joan Baez, Mercedes Sosa, Bruce Springsteen y David Byrne; elegida por el Papa Juan Pablo II como una de las cinco canciones que se cantaron en la celebración del Jubileo 2000 y, años después, el Papa Francisco la propuso para ser incluida en la película “El Papa Francisco: Un Hombre de Palabra” (sobre su vida), que realizó el cineasta Wim Wenders.

A partir de esto, se convirtió en un artista internacional. Toco no solo en Buenos Aires, sino que durante tres años comenzó una gira en la que recorrió más de cien mil kilómetros (110.000 en realidad) y tocó para unas 420.000 personas, recopilando todo el material y grabando en Buenos Aires el primer volumen de “De Ushuaia a La Quiaca”, en 1985. Los siguientes, “De Ushuaia a La Quiaca 2” y “De Ushuaia a La Quiaca 3”, fueron grabados en un estudio móvil en diferentes ciudades del país.

Hizo giras por Europa (tocó en Moscú, Alemania, Suecia, España, Italia y Dinamarca, entre otros lugares), Australia, EEUU (fue a Nueva York, Boston y Washington), toda Latinoamérica y hasta la Antártida (en un recordado concierto transmitido por Canal 7 en la Base Marambio). Obtuvo el Premio Konex de Platino como Mejor Cantante de Rock, y posteriormente dos diplomas al mérito de la misma fundación.

Tocó junto a figuras nacionales e internacionales de todo tipo: Pablo Milanés, Chico Buarque, su amiga Mercedes Sosa, Fito Páez, Nito Mestre, Charly García, Juan Carlos Baglietto, Sixto Palavecino, Peter Gabriel, Bruce Springsteen, Sting (con estos últimos tres y junto a Charly participó del último concierto del Amnesty International tour en el estadio Monumental de River Plate), Pete Seeger, David Byrne, Milton Nascimento, Os Paralamas do Sucesso, Gilberto Gil, Rubén Rada, Los Jaivas, Ricardo Mollo (Divididos), Gustavo Santaolalla, Las Pelotas, La Renga, Los Piojos, Attaque 77, Serú Girán, Fito Páez, Café Tacuba, Illya Kuryaki and the Valderramas, Andrés Calamaro, los hermanos Hugo y Osvaldo Fattoruso, Cuarteto Zitarrosa, Andrés Giménez, Ricardo Iorio, Chizzo Nápoli, Pedro Aznar, Silvio Rodríguez, Luis Alberto Spinetta, el famoso gaitero español Carlos Nuñez, Fabiana Cantilo, Teresa Parodi, Kevin Johansen, Víctor Heredia, e Ismael Serrano, entre otros.

Su largo compromiso y militancia por los derechos humanos, lo llevo a tocar en múltiples festivales y a traerle varios dolores de cabeza. Así, además de tocar en Amnesty, diversos actos de organizaciones de derechos humanos, la fábrica de Ford con motivo de huelgas obreras, entre otras presentaciones, en septiembre de 2003, participa junto con Víctor Heredia, Pedro Aznar, Silvio Rodríguez, y con varios artistas latinoamericanos e internacionales en el concierto El sueño existe, en homenaje a Salvador Allende en el Estadio Nacional en Santiago frente a miles de espectadores.

Y luego de varios años de silencio, vuelve al ruedo con “Por favor, perdón y gracias”, en donde critica al sistema y a la tragedia de la discoteca Cromañón. Este disco le trajo problemas y tuvo que enfrentar varias demandas judiciales por los polémicos temas “Un minuto sobre la tragedia de Cromañón” y “Santa Tejerina” (tema sobre el caso de una joven jujeña en estado de desesperación que mató a su hijo recién nacido ya que era fruto de una violación). Además, el primer tema del álbum, “Yo Soy Juan”, versa sobre la historia de Juan Cabandié Alfonsín, el nieto recuperado (el número 77) por las Abuelas de Plaza de Mayo en 2003, cuyo nacimiento había sido en el ex Centro Clandestino de Detención ex ESMA durante la dictadura. Y su corte de difusión, “El ángel de la bicicleta”, fue un tema dedicado a Claudio Pocho Lepratti, joven de 35 años que vivía en el barrio Ludueña de Rosario (provincia de Santa Fe) y que trabajaba en una escuelita de bajos recursos del empobrecido sur de la ciudad (colaborando con un comedor infantil), asesinado en diciembre de 2001 por la policía de la provincia. También, el 24 de marzo de 2007, en el aniversario de los 31 años del golpe militar en Argentina, Gieco interpretó La memoria y Como la cigarra, en el acto en Córdoba donde estuvieron el entonces presidente Néstor Kirchner y las Abuelas de Plaza de Mayo.

Fue en ese entonces que comenzó a reunir a los artistas con capacidades diferentes que compondrían la base del proyecto “Mundo alas”, que terminó generando una gira, un disco, y una película que se estrenaría tres años después (de la que fue Director), además de un libro que documenta la experiencia.

Antes del comienzo de la pandemia, en julio de 2019, participó junto a Víctor Heredia, Pedro Aznar, Liliana Herrero, Lito Vitale, Soledad, Julia Zenko, Piero, Alejandro Lerner, entre otros, en un sentido homenaje a su amiga Mercedes Sosa, cumpliéndose 10 años desde su fallecimiento. ​

León, el comprometido… el contador de historias que pocos cuentan… el que en su cumpleaños número 70, nos recuerda que es una de las figuras más notables de la música argentina surgida en el horror de la dictadura, compartiendo el podio junto a otros grandes como el flaco Spinetta, Charly García, Mercedes Sosa, Luca Prodan y Gustavo Ceratti… Por 70 más para vos León, porque tu estela ya es inmortal.

Por EMANUEL GIMÉNEZ para Urbanave.

 

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