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Investigación científica del Conicet desarrolla un nuevo yogurt con atributos probióticas que ayuda a prevenir enfermedades

por CARLOS CRUZ

Luego de casi 20 años de prueba y error, el equipo de investigadores aisló una bacteria láctica que fortalece el sistema inmune, logrando así disminuir la probabilidad de contraer enfermedades; también ayuda a combatir infecciones respiratorias e intestinales.

Ayer jueves, investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) expusieron las principales características de la cepa probiótica “Lactobacillus rhamnosus CRL 1505”; se trata de una bacteria láctica que funciona como refuerzo adicional del sistema inmune, y que tienen como objetivo “prevenir o afrontar infecciones respiratorias e intestinales”. Según el equipo que llevó adelante el estudio, al ser aplicada la cepa al yogur, este producto que se distribuye de forma masiva se convertirá en un “alimento funcional” que alcanzará a toda la población a nivel nacional.

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Respecto al desarrollo de esta nueva cepa, la misma pertenece a la colección de cultivos del Centro de Referencia para Lactobacilos (Cerela), con sede en Tucumán; este organismo es pionero en transferencia de tecnología, además de ser referente nacional e internacional en la investigación de bacterias lácticas.

Este logro científico fue elogiado en la localidad bonaerense de Longchamps por el presidente Alberto Fernández y Daniel Filmus, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación.

María Pía Taranto, quien encabezó la investigación en el Conicet como principal responsable técnica del proyecto, afirmó a los medios: “El yogur que contiene el microorganismo probiótico de esta cepa ya está en las góndolas, y es la primera vez que llegará masivamente a toda la sociedad, a través de la empresa de la envergadura de Danone”; Tanato efectuó este comunicado después de la exposición que llevó adelante la empresa y el Consejo, en el barrio de Palermo.

Asimismo, la bioquímica especializada en este tipo de alimentos funcionales, aseveró que esta investigación llevó casi 20 años; destacó que tomó el rol de representar a todo un esquipo de técnicos/as e investigadores/as del Conicet, quienes se encargaron de hacer posible este proyecto.

“Los probióticos son microorganismos que tienen un efecto benéfico una vez que son incorporados en nuestro organismo”, detalló Taranto. Además, explicó que esta cepa “tiene la función de aumentar las defensas naturales del organismo, optimiza la respuesta inmunológica, que permite al organismo defenderse mucho mejor de infecciones por patógenos virales o bacterianos y mantener un estado de salud en nuestro intestino y nuestro sistema respiratorio”.

A su vez, la bioquímica despejó las dudas concernientes a la efectividad de la investigación, aseverando que “no todas las bacterias lácticas son probióticas”; de acuerdo con la científica, para que un microorganismo se considere como probiótico, tiene que someterse a numerosos y estrictos estudios científicos, tanto básicos como aplicados, que arrojen evidencia concreta sobre el efecto beneficioso sobre la salud, atribuido a esas bacterias lácticas.

Según lo informado desde el Conicet, en la gestión de desarrollo de la tecnología, la cepa CRL1505 atravesó diversos grados de investigación, los cuales fueron necesarios para alcanzar este estatus; para ello, también fue primordial respetar protocolos de aquellos organismos regulatorios pertinentes, tanto nacionales como internacionales. Además, estas fases incluyeron minuciosos ensayos in vitro, así como estudios preclínicos (es decir, en animales) y clínicos (en humanos) que lograron demostrar la fiabilidad y competencia del producto.

En relación a los beneficios respiratorios, Taranto explicó a los medios que el sistema inmunológico “está interconectado”, y aunque estas bacterias ingresan por medio de la ingesta y el primer objetivo de acción es el intestino, en cuanto se activa una respuesta inmune, “los metabolitos inmunológicos viajan a través de las mucosas y llegan a las mucosas respiratorias”.

La bioquímica detalló que este producto fue contemplado “para todas las edades”, transformándose actualmente en “un alimento funcional”; asimismo, aseguró que al aporte nutritivo que ya posee el yogurt, se adhiere “el plus del beneficio de la materia probiótica”. También, la investigadora explicó que esta bacteria láctica “no afectará a las características organolépticas del yogur”.

De acuerdo con lo informado por la Gerencia de Vinculación Tecnológica del Conicet, este último despachará yogures, provistos por la compañía, a entidades de bien público con fines sociales. Por otra parte, tanto el Consejo como la provincia de Tucumán, recibirán regalías sobre la venta de esta nueva línea de productos.

El microorganismo estudiado estuvo incluido dentro de estos programas de beneficio social desde hace ya más de diez años. Tanato dijo que comenzó esta investigación después de haber conocido “los impactantes datos de desnutrición infantil que azotaba al país y en particular a nuestra provincia y eso motivó a un grupo de investigadores y técnicos a acercar alguna solución en la expertise que tenemos de nutrición funcional”.

“Corroboramos que mejora absolutamente todo”, aseveró la profesional; asimismo, enfatizó en que este esfuerzo implica un “círculo virtuoso” que tendrá un impacto directo en el sistema de salud ya que “al estar mejor alimentados, estamos mejor nutridos y si tenemos la fortuna de utilizar probióticos, que ayudan a mantener ese bienestar de manera natural contribuimos a que se enfermen menos las personas y que los gastos de salud disminuyan”.

Finalmente, Tanato concluyó: “En lo personal siento una enorme emoción, orgullo y gratitud. Trabajar para mi país es prioritario. Con las herramientas que nos da el Conicet y la educación pública podemos irnos quizás a otros lugares del mundo, pero elegimos hacer ciencia acá y ver transformarse todos los resultados de la investigación en productos para la sociedad, para quienes trabajamos”.

El acuerdo público-privado con la empresa Danone incluye el licenciamiento de la cepa CRL1505, con el objetivo de ser incorporada en su línea de yogures; esto hará posible el ofrecimiento de productos con características funcionales, tales como este tipo de alimentos probióticos.

En la presentación que se efectuó sobre esta nueva bacteria láctica, Sergio Romano, gerente de Vinculación Tecnológica del Conicet, explicó a los medios: “Este convenio es único y novedoso, nos permite llegar por primera vez con un producto a la mesa de todos los argentinos y argentinas. A nosotros desde el Conicet nos preocupa mucho el prestigio y rigurosidad de nuestras investigaciones, entonces cuando hacemos ese salto de que nuestras tecnologías puedan llegar al mercado lo queremos hacer de la mano de empresas en las que confiemos que van a cuidar eso”.

Romano resaltó que la visibilidad del logotipo del Consejo en el envasado de este nuevo producto probiótico “es una manera de inspirar a chicos y chicas de todo el país a que se animen a ser investigadoras e investigadores, y mostrar la utilidad de las investigaciones”.

Por su parte, Laura Rapino, directora de Marketing de Danone, detalló que cada Yogurísimo contará con “100 millones de probióticos por porción”; de esta forma, será “el primer yogur del mercado con probióticos que contribuyen a la salud respiratoria y gastrointestinal”. Finalmente, insistió en que para Yogurísimo “fue un orgullo poder concretar la alianza y llevar el desarrollo científico a millones de hogares”.

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