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Una niña de 11 años murió por desnutrición en una escuela pública de la Ciudad.

por CARLOS CRUZ

Se descompensó mientras se hallaba en su escuela, la primaria pública N°11 de Barracas. Quisieron llamar al SAME y el colegio ni siquiera tenía teléfono. “Desde hace cinco años que pedimos ayuda… y nos ignoraron”, afirmó una de las docentes que pidió reserva. Como suele hacer, la ministra Acuña no aparece por ningún lado a pesar de la gravedad del asunto, en la espera que los medios concentrados silencien el asunto.

M., la niña de tan solo 11 años que se descompensó en su escuela, la primaria pública “República de Haiti”, y luego murió en el Hospital Pena por desnutrición, no va a poder concurrir a clases, tal como hacía desde 2017 cuando comenzó a cursar el primer grado.

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Junto a su familia, vivían el la Villa 21-24 de Barracas, en condiciones de extrema precariedad… con muchas dificultades económicas y sociales, lo que obviamente acarrea dificultades pedagógicas.

Ya en su ingreso en 2017, los docentes de la institución conocían la delicada situación que la niña enfrentaba pues sus hermanos también habían sido alumnos del colegio. M. comenzó entonces el primer grado y ya en los primeros días de su ingresó “se pidió la intervención del EOE (Equipo de Orientación Escolar) debido a la clara vulnerabilidad de derechos que atravesaban la niña y su familia”, según contó Ailén Galante, maestra de la escuela en cuestión.

Además, durante los dos años siguientes, o sea en 2018 y 2019, la familia de la niña presentó un certificado médico que indicaba que la pequeña necesitaba imperiosamente un “refuerzo hipercalórico de vianda”. Por ello, luego de una demora que nunca debió haber sucedido, en 2020 el EOE solicitó en carácter de “urgencia”, la intervención a la Defensoría zonal; quien reiteró la solicitud en 2021, certificado que no fue entregado a la familia.

  LA NIÑA VIVÍA CON SU FAMILIA EN LA VILLA 21-24 EN CONDICIÓN           MUY PRECARIA. EL GCBA SE DESENTENDIÓ DEL ASUNTO.
  EN LA ESCUELA SOLICITABAN LA INTERVENCION DEL GCBA DESDE 2018. LA PEQUEÑA FALLECIÓ EN EL HOSPITAL PENA, DONDE LLEGÓ DESCOMPENSADA LUEGO DE ESPERAR POR MÁS DE UNA HORA UNA              AMBULANCIA DEL SAME QUE NO LLEGÓ JAMÁS.

Ante el agravamiento de la situación, en 2022 la escuela reiteró el pedido. Sin embargo, “al día de la fecha a la escuela nunca se le informó si hubo alguna intervención de dicho organismo”, nos comunicó la docente. Y agregó: “Lamentablemente, no es el único caso en que le pedimos al Gobierno de (Horacio Rodríguez) Larreta que intervenga y no nos da una respuesta”.

Otra de las maestras, seriamente afectada por la situación, confesó sus sentimientos por la terrible situación: “No sé si la gente se puede dar una idea de lo que estamos viviendo… la impotencia… la bronca (…) desde hace cinco años que la escuela denuncia casos de este tipo ante la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, los funcionarios del ministerio, todas las autoridades que tengan relación con el tema… y nada. (…) En el caso de esta niña, desde que llego se reclamó… fue mucho tiempo en el que el Gobierno Porteño nos ignoró y le dio la espalda a M., nunca tuvo la atención que merecía… esto se podría haber evitado. Y no se hizo… no hay excusas que ayuden a entender una situación así…”.

Según los docentes y padres del establecimiento, esta vulneración de derechos sufrida por la niña comenzó  mucho antes del primer reclamo de los docentes de la escuela de Barracas a las autoridades porteñas. “Tenemos muchos alumnos que vienen de la 21-24 y nos encontramos con situaciones de mucha vulneración de derechos, tanto en los chicos como en sus familias. Este no es un caso aislado, hay miles. Algunos reciben cierta visibilidad en los medios, cuando nos encontramos frente a este tipo de situaciones: una muerte por desnutrición. Pero hay miles que no se ven, a los que nadie escucha y que hoy viven en una situación de precarización absoluta”, cuenta Galante. Y lo que nos cuenta coincide plenamente con el desinterés mostrado por la ministra Soledad Acuña en plena pandemia, cuando afirmó que (debido a la cuarentena) ya era “tarde para los chicos” de barrios vulnerables porque (según su sesgada y clasista visión) seguramente ya estaban “perdidos en el pasillo de una villa”, y que habían “caído en el narcotráfico”. Y respecto a sus docentes, había afirmado que “son de un sector cada vez más bajo y de menor capital cultural”. Una forma elegantee de decir que estaban a su suerte y que desde su puesto no iba a hacer nada por brindarle los derechos que les corresponden. De ahí a “no es lo mismo fumar un porro en Palermo (…) que en una villa rodeado de narcos”, estamos en la misma casilla de pensamiento. El que tienen todos en el PRO y que, si se ponen nerviosos o se relajan mucho, les brota por los poros… y no tienen intención alguna de cambiar esa parte de su ideología, que llevan como lo hacen con su ADN.

Y en cuanto a lo sucedido a M., todas las y los docentes del “República de Haití” no dejan de repetir que desde hace muchos años antes de este suceso, los casos de desnutrición y de dramas sociales en el alumnado son muchos, y que en la mayoría de ellos se solicita la intervención del gobierno y este no brinda respuesta alguna, y si lo hace, se limita a dar aviso a un EOE (Equipo de Orientación Escolar), integrado por tres o cuatro personas que tienen a cargo varios colegios, por lo que no dan abasto para atender todos los casos que se les informan. Además, los profesionales que lo integran rotan permanentemente, haciendo imposible que acompañen y conozcan las problemáticas de las niñas y niños a su cargo.

Confirmando la bronca y dolor que predomina en la escuela de Barracas, se emitió un comunicado, que rezaba: “Hemos atravesado por el dolor, la impotencia y la bronca frente a la pérdida de una niña de nuestra escuela, consecuencia de la ausencia y la desidia del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que sistemáticamente vulnera los derechos de nuestros pibes”.

La alimentación en la escuela: todo un tema que refleja el abandono al que el Gobierno de la Ciudad sometió a las escuelas públicas.

El de la alimentación de los chicos en las escuelas públicas porteñas, es uno de los principales reclamos que se le realizan al ejecutivo de Rodríguez Larreta, en especial luego de la decisión de la Justicia en abril del 2020, que supuestamente obligaba al Gobierno de JxC no solo a asegurarla, sino que además debía tener la característica de brindar todos los nutrientes y alimentos necesarios para la buena salud del alumnado. Como suele ocurrir con Rodríguez Larreta y su equipo… el fallo jamás se cumplió. Ni siquiera intentó hacerlo… tan solo no querían, y su impunidad es a esta altura infinita debido a un Poder Judicial obsecuente y cómplice. Y aparte de todo, tampoco cumple otra cuestión de la que no se habla (o muy poco) en medio alguno: para recibir una vianda en la Ciudad hay que anotarse, no es universal… y no son pocas las familias que no tienen los medios o los conocimientos para hacerlo. La cuestión es un modus operandi en estas cuestiones: se ahorra en viandas, comidas, obras de mantenimiento, personal, insumos, computadoras… siempre hablando de las escuelas. En los hospitales es igual, si hablamos de vivienda social también… Es que eso es un “gasto” y hay que tratar de bajarlo para contar con dinero para hacer obras de maquillaje, una bicisenda, un Metrobús, o volcarlo a la publicidad que le permita a Larreta su ansiado ascenso a presidente de la Nación. Y las y los niños de barrios carenciados también son un gasto que no pueden permitirse… total, Clarín, o TN, o La Nación, o Infobae, o América ya se arreglarán para acallar el asunto imponiendo el tratamiento de otra noticia producto del lawfare, la descalificación o el complot… y listo. Nunca más se tocará la cuestión y los argentinos ya sabemos que somos de memoria breve, más aún en estos tiempos de odio irracional.

¿Qué dicen al respecto del tema en el gobierno porteño?                                          

EL HECHO FUE UNA CONSECUENCIA BASTANTE LÓGICA DENTRO DEL PENSAMIENTO MACRISTA AL QUE ADHIERE HORACIO LARRETA, SOLEDAD ACUÑA Y EL RESTO DEL EQUUIPO DE GOBIERNO DE LA CIUDAD. CON POLÍTICAS QUE DISCRIMINAN EL GASTO SOCIAL, EL QUE SUBEJECUTAN DESDE QUE ASUMIERON ES UNA REALIDAD DOLOROSA PERO ESPEERABLE. SI LA SOCIEDAD PORTEÑA NO CONDENA DE FORMA CONTUNDENTE LO SUCEDIDO Y CASTIGA CON EL RETIRO DE LA CONFIANZA A UNA GESTIÓN QUE TAN SOLO GOBIERNA PARA UNA MINORÍA, NADA CAMBIARÁ… ES MÁS, TIENDE A EMPEORAR DÍA A DÍA.

Para empeorar el cuadro de situación, la cobertura médica en los barrios vulnerables de CABA (incluyendo sus colegios) es sumamente deficiente, casi inexistente podríamos decir. Y este caso no fue la excepción: la ambulancia del SAME fue esperada (una vez que se consiguió llamar) por más de una hora, momento en el que los padres decidieron ir por sí mismos al Hospital Penna. De todas formas, dicha ambulancia jamás llegó. Desde el gremio docente explicaron que “es muy común que las ambulancias del SAME no vengan a los barrios vulnerables, primero porque no dan abasto, y además no quieren entrar alegando falta de seguridad” y agregaron que a pesar de sus reclamos por el asunto “no hay respuestas por parte del Gobierno de la ciudad”. La infinita capacidad de ignorar los reclamos que interfieren con la idea de ciudad de Larreta.

Desde el ejecutivo no quisieron hacer declaraciones, pero afirmaron haber enviado a sus representantes para “ponerse a disposición” de las autoridades de la escuela de Barracas.

Y esto se contrapone con lo que es el miedo de docentes y familiares de la nena: que se instale lo que se intentó instalar insistentemente en un primer momento: que la responsabilidad de este tipo de cosas es de las propias víctimas. Y ello va en línea con la pretensión anunciada de Larreta para “quitar la ayuda social a los beneficiarios del programa Ciudadanía Porteña” en el supuesto de que sus hijos e hijas pierdan la regularidad escolar. Y mientras buscan pasar la tijera sobre los gastos sociales, los chicos pobres se mueren de hambre. Todo en la ciudad más rica del país.

Y como afirma Natalia González, docente del mismo colegio donde comenzó a morir M.: “Nadie te prepara para decirle que no tenés más leche a un nene cuando tiene hambre. Hay nenes que te piden dos o tres veces leche y se las tenés que negar, porque no hay más”.

Palabras terribles… que duelen, que indignan. Me pregunto: ¿hasta dónde va a llegar la falta de humanidad disfrazada de desinterés de los porteños?

Murió una niña por desnutrición en escuela porteña: denuncian desidia del gobierno | RadioCut
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