El ministro de Economía dio a conocer su renuncia a través de las redes sociales curiosamente mientras la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner hablaba en el acto en Ensenada. El ministro, si bien cumplió su principal meta que era normalizar el pago de la deuda que Macri había dejado de herencia a todos los argentinos, con su negativa cerrada a realizar correcciones al modelo económico, era una traba importante para acordar un camino común por el que transite a las elecciones de 2023 todos los integrantes del Frente de Todos.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, en simultáneo con el acto de Ensenada -por el aniversario de la muerte de Perón- en el que la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner era oradora principal, presentó su renuncia indeclinable ante el presidente Alberto Fernández en una carta de siete páginas, lo que da muestra que “preparó” el momento en que la haría pública. Tras varias semanas de desgaste por la espiralización de la inflación, la interna política y la presión sobre el dólar de los delincuentes de siempre, entre otros temas, el funcionario eligió renunciar y hacerlo a través de una carta que difundió en sus cuentas de redes sociales.
En ella, el ministro saliente expresó: “Quiero agradecerle profundamente (al presidente) por confiar en mí y en el equipo que hemos conformado en el Ministerio por estos más de 30 meses de trabajo, los cuales estuvieron marcados por un escenario absolutamente singular. Al asumir nuestro gobierno, Argentina se encontraba sumida en una profunda crisis económica, social y de deuda, y a ello se le agregó primero una pandemia global y luego la actual guerra en Ucrania, que han sido profundamente disruptivas del funcionamiento del sistema económico internacional”, remarcó.
Y luego, evitando cualquier autocrítica, continuó diciendo que “… con la profunda convicción y la confianza en mi visión sobre cuál es el camino que debe seguir la Argentina, seguiré trabajando y actuando por una Patria más justa, libre y soberana”. Y siguió: “Hoy la economía continúa creciendo y generando empleo, habiendo pasado ya la primera revisión de aquel programa, y habiendo logrado adaptarlo a las circunstancias globales cambiantes en el contexto de la guerra en Ucrania”.
Hacia futuro, curiosamente, pronosticó que “por delante, será fundamental continuar fortaleciendo la consistencia macroeconómica, incluyendo a las políticas fiscal, monetaria, de financiamiento, cambiaria y energética, así como la coordinación vía políticas de precios e ingresos, para atacar la problemática inflacionaria que daña al funcionamiento de nuestra economía y lograr continuar recuperando el poder adquisitivo de los ingresos”.
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De inmediato, mediocres como Waldo Wolff, Arieto, Negri o Cornejo, todos partícipes de uno de los peores gobiernos desde el retorno a la democracia, que nos dejaron una deuda condicionante de la economía nacional por décadas, un estado debilitado y vaciado tan solo para promover negocios entre amigos, e instituciones decadentes al servicio de los poderosos y no de la Nación… sí, estos tipos aún tienen la caradurez de hablar en vez de esconderse en la casa tan solo por vergüenza. Seguiremos el asunto de cerca para ver cómo se desarrollan los hechos.
Ahora, especuladores y aprovechadores del dinero público por décadas estarán al acecho. De nosotros depende el daño que puedan hacernos… No es un mal momento para negociar en mayúsculas una unidad que solucione los problemas del ciudadano de a pié, que es el que siempre sale mal parado.
Momento de honrar las promesas del 2019. Momento para que dentro del oficialismo haya cabeza fría e inteligencia para hacer una oportunidad de esta crisis.