Para muchos es la garantía de que la mayoría de la población será vacunada y, por ende, la sociedad estará más protegida contra el virus. Para los que se oponen a todo, lo que aceptan que hagan afuera, vociferan fronteras dentro que les quita libertad.
A la oposición en Argentina nada le viene bien… aunque esto afecte la salud de la población, entre ellos sus propios votantes.
Acepta que Francia, el Reino Unido, Brasil o EE.UU le soliciten las dos dosis de vacunas para ingresar a esos países la mayoría de las veces a hacer turismo… pero ven como un atentado a la libertad si esa exigencia la tiene su propio país para salvaguardar la salud de la población.
La ministra de Salud, Carla Vizzotti, anunció hace poco que se iba a implementar un “pase sanitario” para todas las actividades consideradas de riesgo, como los eventos masivos y los realizados en espacios cerrados, para las personas mayores de 13 años.
Esto es un acuerdo logrado en el marco del Consejo Federal de Salud (Cofesa) y luego anunciado. La idea es replicar (adaptado a las circunstancias del país) este instrumento ya utilizado en otras partes del mundo con el objetivo preciso de alentar a la población a vacunarse. Así, la ministra explicó que el “pase sanitario” será entregado a quienes completen el esquema de vacunación contra el Covid-19 al menos 14 días antes de acudir a un evento masivo.
La profundidad de la medida será consensuada entre el Gobierno Nacional, la CABA y las provincias, pero siempre canalizada a través de la aplicación CUIDAR.
Como es en el exterior.
Al contrario de lo que muchos creen, en el exterior el pase es más estricto que el programado en el territorio nacional. Veamos…
El pase sanitario es aplicado en Francia desde agosto y es la condición necesaria para ingresar a bares, restaurantes, cines, teatros, hospitales y trenes de larga distancia.
A pesar de las movilizaciones de los grupos antivacunas, el pase sanitario impuesto por Emmanuel Macron, logró impulsar la vacunación e incrementó el apoyo a la gestión del gobierno.
De la misma forma, ante el aumento de casos por el avance de la variante Delta, Italia implementó el “Green Pass”, que también fue motivo del rechazo por parte de grupos de derecha y antivacunas.
El pase -que se otorga a quienes ya fueron vacunados o tuvieron la enfermedad en los últimos 6 meses- se utiliza en Italia para entrar a las zonas cerradas de los restaurantes y bares, pero también para cines, teatros, gimnasios, piletas, museos, exposiciones, espectáculos al aire libre, congresos, termas y parques de diversiones entre otros. El Vaticano se plegó a la medida.
Nueva York fue una de las grandes ciudades que aplicó más temprano el “pase sanitario” para limitar el acceso a los eventos masivos, restaurantes y gimnasios. El alcalde, Bill de Blasio, ante el avance de la variante Delta fue explícito: “La gente va a recibir un mensaje muy claro: si quieres participar plenamente en nuestra sociedad, tienes que vacunarte”. Para dar cuenta de la rigidez en la aplicación de la medida basta recordar al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, comiendo en la puerta de una pizzería durante la Asamblea General de la ONU por no haberse vacunado.
Aplicación del pase en Argentina.
Cinco provincias ya anunciaron la aplicación del pase sanitario. Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Río Negro y Santiago del Estero comenzarán a implementarlo antes de las fiestas en forma obligatoria para acceder a distintas actividades consideradas de “riesgo epidemiológico”. En otro orden, Catamarca empezará a aplicarlo de manera progresiva a partir de Navidad como manera de seguir incentivando la vacunación.
Tucumán fue la pionera (a partir del 1 de diciembre), en hacer efectiva la credencial para la concurrencia a eventos masivos, gimnasios y recitales, de la misma manera que Jujuy y Salta.
La Rioja hizo una prueba piloto y pidió el pase sanitario a todos los asistentes al partido de fútbol entre Boca Juniors y un combinado local.
Mientras tanto, el ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, Fernán Quirós, reiteró que con la medida busca “estimular a las personas que están en duda o que se han vacunado parcialmente a que completen sus esquemas”. Y remarcó a tono con la política del oficialismo porteño que “nuestra aplicación (del pase sanitario) va a ser en el mínimo alcance posible”, recordando que sí será necesario para ingresar a espectáculos masivos y boliches.
Con respecto de los índices de vacunación en la ciudad, Quirós afirmó que el 90 por ciento de los porteños recibió una dosis, el 87 por ciento las dos y ya hay un 12 por ciento que va por la tercera dosis. Acerca de este refuerzo dijo que “todas las personas que cumplieron 6 o más meses de la segunda dosis, ya han recibido la invitación para la tercera”.
Además, advirtió, que además de vacunarse, hay que continuar con las medidas de protección (distanciamiento, mascarilla y ventilación de los ambientes bajo techo), pues si bien no hay un contagio exponencial, si existe un aumento significativo de casos de coronavirus en la ciudad, a causa de la variante delta. Y volvió a explicar que “…la tercera dosis es muy importante para evitar la enfermedad”, más allá que “…con dos dosis se disminuyen significativamente las enfermedades graves y mortales”.
Ya a principios de diciembre, el operativo de vacunación tuvo un importante avance, haciendo que el 82 por ciento de la población tenga el esquema iniciado y el 68,2 completado. “La sola mención del pase sanitario ha hecho que aumente la cantidad de gente concurriendo a darse la segunda dosis de la vacuna”, expresó la vocera presidencial, Gabriela Cerruti. Y remarcó que con el pase sanitario “no se busca restringir nada (…) es solo para apoyar la campaña de vacunación”. Y concluyó diciendo que “están creciendo los casos de coronavirus en el mundo y en la Argentina, y hay que volver al uso del barbijo en espacios cerrados”.
Y eso es una realidad innegable, por lo que el pase sanitario es indispensable mal que les pese a los opositores a todo, los fanáticos religiosos o a la derecha recalcitrante.