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Viejas fakes… nuevas fakes

Contrario a lo que muchos periodistas e intelectuales afirman acerca de que ya no hay lugar en la sociedad para las fakes news, la realidad empírica demuestra que no solo gozan de muy buena salud, sino que mantienen su aparato de gestión de mentiras intacto.

¿Cómo a esta altura del partido podemos comprender que exista gente que crea en ese pastiche de derecha, ese rejunte de tipos que se cansaron de destrozarnos en los noventa y también en los tiempos de Fernando De la Rúa… ese engendro que llaman Cambiemos?

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Porque ya hace rato, cualquier argentino que no se maneje por odio o conveniencia personal de alentar un modelo de país para poquitos, le debería resultar más que claro que estos tipos nos gobernaron para llevársela toda junto a sus amigos y socios (da acá y de allá). Y que nos mintieron desde la campaña del 2015, cuando Macri hacía una veintena de promesas de campaña que no solo no cumplió, sino que ni siquiera intento hacerlo… más bien, todo lo contrario. O cuando llegaron rodeados de un aura de paz y amor y a escasos días comenzaron a operar la justicia, a espiar, a perseguir, y a valerse de sus medios de comunicación asociados (ya “amigos” les queda chico) para generar cientos, miles de fakes news…

Y detengámonos un minuto aquí.

Las fakes news son un fenómeno mundial surgido de las usinas de la derecha norteamericana, se replicaron por el mundo (siempre sirviendo a lo más recalcitrante de ese 1% más rico que controla la información, los deseos y consumos de la población mundial), y su capítulo argentino sirvió no solo para instalar a un tipo desprestigiado como Macri, originado en un clan que para todos los argentinos mayores de cincuenta era mala palabra, sino que fue una herramienta fundamental para la persecución política y personal… hasta de amenazas a los familiares de los funcionarios salientes. Veamos un poco eso.

La persecución a Cristina con causas
armadas: la madre de todas las batallas

Apenas Macri asumió, todo lo que oliera a kirchnerismo era motivo de persecución mediática y judicial. Para ello se utilizaron miles de horas de televisión y radio, millones de centímetros de patrañas en diarios y revistas, y millones de dólares gastados en recursos humanos para multiplicar todas estas mentiras en buscadores y redes sociales. Basta tan solo observar una serie de datos para dar cuenta de ello.

Una vez que Macri asumió el poder, comenzó una campaña de desprestigio en base a fakes news de todo tipo, acompañadas de una serie de denuncias (muchas realmente ridículas) a través del aparato judicial del PRO, quien de inmediato, creó una mesa judicial para amedrentar jueces, disciplinarlos, y avanzar con nombramientos y ascensos de magistrados “amigables” con el ideario macrista, unidos por su odio al kirchnerismo y cultores del mantenimiento del statu quo judicial y social en general.

Así, proliferaron las causas no solo contra Cristina Fernández, sino que también cayeron en la volteada funcionarios y dirigentes del kirchnerismo, al que había que “borrar” de la memoria de los argentinos, haciéndolo pasar como un movimiento “mafioso” que había que desterrar de Argentina. Así, Macri expresaba que, si pudiera, “contrataría una nave espacial y mandaría a la luna a 600 argentinos” que, según él, son los responsables de la decadencia.

Así, al poco tiempo, nombraba por decreto a dos jueces de la corte, Rosatti y Rosenkrantz (abogado de Clarín y de empresas del punto rojo y otras como Pegassus y Farmaciry, vinculadas al PRO), nombraron más de 230 jueces y ascendió o trasladó a otros. Muchos de los fiscales que le respondían (como Stornelli En su gobierno, Comodoro Py pasó a llamarse Comodoro PRO. Los camaristas de Casación Gustavo Hornos, Daniel Petrone y Diego Barroetaveña; los camaristas federales Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi, Mariano Llorens y Martín Iruzun; el juez de primera instancia Julián Ercolini, el fallecido juez Claudio Bonadio, el fiscal Carlos Stornelli y el procurador general de la Nación, Eduardo Casal, entre otros, apoyaron cualquier desaguisado que Macri y su mesa judicial les enviase. Aún a sabiendas que eran causas “armadas” solo para la tribuna y que tarde o temprano se iban a caer.

Pero en el cielo judicial macrista, la estrella que más brillaba era sin dudas la de Claudio Bonadío. Es que el tipo logró proezas insuperables. Por ejemplo, de las diez causas en la que se la procesó a Cristina Fernández, siete de ellos a cargo del juez federal Claudio Bonadio. Se ve que el bolillero de los sorteos se traba en el once, el juzgado del juez en cuestión y que, como todo Batman, tenía a su Robin, que no era otro que el fiscal Carlos Stornelli, hoy denunciado por asociación ilícita, coacción, incumplimiento de los debe-res de funcionario público y otros delitos.

Con estos antecedentes, ya en junio de 2016 Macri dio el tiro de gracias con la sanción de la pésima ley 27.304, llamada “del arrepentido” (a propuesta de Sergio Massa), llamando poderosamente la atención el acompañamiento de varios de los pilares del kirchnerismo como Axel Kicillof, el propio Máximo Kirchner, Rodolfo Tailhade y Teresa García, entre otros. Con esta ley, se condenó a Amado Boudou sin pruebas (solo a través de la “confesión” del “arrepentido” (Alejandro) Vandenbroele al que no solo se le pagó a través del programa de testigos protegidos, sino que se le dio un “crédito” para construir un hotel boutique en Mendoza). Mientras, en Jujuy, el “emperador” Gerardo Morales, hizo condenar a Milagros Sala a través de una Corte definitivamente ilegal en su gestación (diputados que votaron la ampliación de miembros, a la mañana siguiente fueron nombrados jueces de la misma corte), con el testimonio de “arrepentidos” que pasaron de inmediato a tener un lugar en el estado provincial, obviamente a sueldo.
Todo, un verdadero circo, que, medios concentrados mediante, muchos argentinos consumieron gustosos, sin saber que atentaría contra su propia calidad de vida.

Las Causas armadas de la mentira y el espionaje macrista

Pero el tiempo no perdona, y las que otrora fueron causas que supuestamente comprobaban la matriz corrupta del kirchnerismo, al perder el poder de coacción contra muchos jueces y fiscales, junto al manejo del aparato de espionaje de la Agencia Federal de Inteligencia (al mando del amigo “más acostumbrado a esta cosa de las trampas” de Macri, Gustavo Arribas) fueron mostrando su verdadero rostro de mentiras armadas (muchas veces insólitas… hasta podría decirse infantiles) en base a ese aparato comunicacional, de inteligencia (ilegal, por supuesto) y judicial de persecución y calumnia. Veamos…

Causas ridículas como las de la AMIA (donde incluso mostraron un grado de falta de humanidad notable que le costó quizás la vida al ex canciller Héctor Timerman), la de Nisman (que luego se demostró que era un corrupto) o la del dólar futuro (donde se llegó al ridículo de judicializar una política económica que no favoreció a los acusados sino a sus acusadores), cayeron por su propia falta de delitos o por la poca seriedad de sus pruebas para efectuar las denuncias. Solo eran causas rimbombantes que aprovecharon para ensuciar a opositores y perseguirlos y, en ciertos casos, hasta de mandarlos presos (Zanini, D´Elia, Esteche, estuvieron presos por este “invento judicial”). Otras, como la del Gas Licuado, la Obra pública en Santa Cruz, o las de Hotesur y Los Sauces, o los cuadernos K y la ruta del dinero K, hace rato se caen a pedazos por los testigos trucho o amenzados, los peritajes que niegan las acusaciones, las escuchas ilegales y muchas barbaridades semejantes.

Hasta el propio D´Alessio, un aliado de la mesa judicial y del fiscal Stornelli de la primera hora, al verse acorralado, expresó en Radio 10 que “… no doy más, la verdad es que tengo mucho para aportar, no solo en mi causa. Si yo hablo, se caen las cuatro causas emblemáticas contra el kirchnerismo, más las causas que tiene la ex presidenta”. A pesar de que no quiso decir cuáles eran esos expedientes para no “entorpecer” su investigación, sí confirmó que el de los Cuadernos se caería del todo en caso de que él prestara su declaración. “Digo es que yo tengo datos, presenté los datos, si los tiene (el juez) ya debería haber una lluvia de nulidades pedidas para la ruta del dinero K, para la obra pública, para el GNL”.

Espías verdaderos y truchos, fiscales y jueces “manejables”. aprietes para los “rebeldes”, un aparato comunicacional digno de Fahrenheit 451 (de Ray Bradbury, 1953) … todo al servicio de un gobierno corrupto que solo nos dejó un país arrasado social, económica y culturalmente.

¿Qué pasa ahora, a fines de este 2021?

A fines de 2019, la sociedad huyó en manada de Mauricio Macri (aunque muchas de sus ideas sigan vivas, lamentablemente) y pidió la vuelta del kirchnerismo, a través del “bendecido” Alberto Fernández. Era la vuelta de la unión del progresismo kirchnerista y el peronismo más ortodoxo de Alberto y Massa… las tres patas de la mesa del triunfo.

A poco de asumir, luego de una campaña donde uno de los caballitos de batalla fue la necesaria reforma integral del poder judicial, el que desde la dictadura jamás había sufrido cambios de cierta importancia (a contramano del resto de los poderes que sufrieron cambios casi permanentes), apareció la pandemia de coronavirus.
Como con la economía y otras reformas de importancia, la judicial pasó a ser algo secundario. El Poder Judicial entonces hibernó a la espera de tiempos más propicios (léase con el gobierno más debilitado) y así, un poco por la pandemia y otro por la tibieza del ejecutivo nacional (como también sucedió con Vicentín o la Hidrovía, entre otros ejemplos), el proyecto fue perdiendo fuerza y hoy ya es quizás, una utopía. Por ello, podemos decir que mucho del poder real sigue igual: los medios son los mismos (y más poderosos aún que antaño), la ley de medios ya es parte de la historia (otra batalla perdida), Comodoro Py y la Corte Suprema siguen en la misma frecuencia… solo perdieron (que no es poco) el poder del espionaje estatal.

Así dadas las cosas, los macristas pueden hoy beneficiarse con fallos vergonzosos como el de la Sala II de la Cámara de Casación, que con los votos de los jueces Guillermo Yacobucci (ex escriba de la revista Cabildo, órgano del fascismo católico foráneo) y Esteban Riggi (uno de los jueces que jugaban paddle en Olivos con Macri justo antes de emitir sus fallos, muchos en causas donde estaba involucrada la actual vice presidenta Cristina Fernández), pasaron a Comodoro Py la causa por espionaje y extorsión que tiene como principal acusado al falso abogado Marcelo Sebastián D’Alessio. Y esto busca que arrastre a la causa contra Macri de los familiares del ARA San Juan hacia Comodoro PRO. También, en otro fallo muy cuestionable por lo ridículo de sus argumentaciones es el revocó los procesamientos a los extitulares de la AFI Gustavo Arribas y Silvia Majdalani por supuesta “asociación ilícita” en la causa que investiga maniobras de espionaje ilegal en el Gobierno de Mauricio Macri, que habían sido dictados por la Justicia Federal de Lomas de Zamora. Al respecto de todo esto, Cristina Kirchner escribió en su cuenta de Twitter: ”… finalmente se supo: Papá Noel vive en Comodoro Py”. Y a esta altura… es innegable.

Y así como la corporación judicial sigue protegiendo a Macri y sus secuaces, demora la resolución de las causas armadas, permite que siga habiendo gente condenada y encarcelada injustamente por este aparato paraestatal… y la fiesta continua.

Imaginen entonces que pasa con los medios de comunicación, que están más fuertes y más al servicio del golpismo que nunca. Son una infernal máquina de difamación que no cesa de emitir las 24 horas del día, los 365 días del año (como el desaparecido Banco Alas, ¿recuerdan?).

Al revés de lo que muchos comunicadores e intelectuales creen, las fakes news siguen más vivas que nunca. Y la sociedad las sigue comprando (quizá por odio, quizá por desinformación, quizá por desinterés, quizá por cuestiones de clase o racismo… vaya uno a saber) día tras día… y las repite, y hasta las modifica según su paladar. Y ante cualquier cuestionamiento basado en un razonamiento lógico de los que en general las fakes carecen, el ciudadano en cuestión te tratará de fanático, o huirá con un ya clásico “a mí no me vas a convencer”, a pesar de que no queremos convencer, sino que está equivocado respecto al tema en discusión… y le brindamos los argumentos para ello. Pasado esto, puede pensar lo que le plazca.

Pero no es posible, el personaje en cuestión en su mayoría huye cubriendo su retirada con un insulto o una frase difamadora sin sustento alguno, y así seguirá con su vida.

Porque él seguirá creyendo su “culto” al estilo de los fanáticos religiosos. Para ellos no vale el sentido común o la razón. Vale que lo leyó el Clarín, Perfil o La Nación. O que se lo escuchó decir a Lanata en el Trece, o a Majul o Viale en La Nación +. O en los miles de mentideros PRO montados para atiborrar facebook de mentiras sin que ningún juez o fiscal los moleste. Y seguirán su vida jugando en contra de sus propios intereses, como aquellos que leen la revista Caras para ver cómo viven los otros. Ya que no son… por lo menos quieren parecerse. Aunque esos otros los desprecien.

Y esa es la verdadera grieta en Argentina. La que generan esos medios con sus mentiras, construyendo una legión de desinformados que creen que los informan cuando solo los conducen como vacas al matadero. Y así, los Larreta que se llevan por delante todas las instituciones, leyes y normativas de la ciudad, son “dialoguistas”. O las Bullrich que bajaron jubilaciones y sueldos, además de bancar a un gobierno que reprimió a su pueblo (con cuarenta muertos) y volvió a hacerlo a su regreso con Macri, son ”presidenciables”. O los Macri que saquearon a la Argentina y dejaron de herencia una deuda externa impagable en tan solo cuatro años de gestión, les otorgarían un segundo tiempo…
Es el reino del revés, una comedia trágica que un pequeño grupo de los casi cincuenta millones que debemos andar por estos lares monta para enriquecerse más y más… para agigantar más desigualdades… para mantener privilegios obscenos… más guita, más poder… todo vale. Como dijo Vidal… “para que queremos tantas universidades si todos sabemos que los pobres nunca van a recibirse” … o “el hospital está muy avanzado, pero yo no lo voy a terminar”. ¿Para qué?, si sus “clientes” no usan el hospital público.

Y, sin embargo, por más qué el más primitivo sentido común los condenaría de inmediato… aún hay muchísimos que los defienden y muchos otros que dudan.

Y todo a fuerza de fakes news que muchos consumen como un verdadero manjar.

Las fakes gozan de la mejor salud

Dicho esto, hagamos un pantallazo rápido por los medios y las redes sociales para ver que encontramos al respecto.
Y por más ridículas que sean, muchos las siguen reproduciendo porque para un argentino reconocer que lo fastidiaron es una tarea muy difícil… en estos lares, en el reino de los boludos, nadie quiere reconocer que es uno. Y por eso, insisten en la boludez.

En la medida que no nos demos cuenta de que informarse cansa y es un trabajo (como expresaba el ex director de Le Monde, Ignacio Ramonet), pero que es necesario para tomar correctas decisiones en nuestras vidas, vamos a seguir con ese péndulo suicida con el que jugamos en Argentina.

Mientras sigamos mirando hacia EEUU y Europa, nos van a seguir distrayendo con espejitos de colores para que no nos demos cuenta que nuestro lugar en el mundo es Latinoamérica, y ahí está nuestra posibilidad de unirnos y desarrollarnos. Y los medios… las fakes… nos orientan a olvidarnos o ignorar esto. Nos borran la capacidad de no solo informarnos con lo que nos llega (cuánto más variado mejor), sino también con el análisis que hagamos de esto sin condenarlo de antemano. Y nos inducen a confiar en quienes serán nuestros próximos verdugos, tipos a los que no les interesa la Argentina… que suspiran por Miami, Nueva York, París, Londres o Milán. Odian al país al que someten y por eso lo saquean, lo exprimen… y para ello necesitan mentirnos, y necesitan los medios que nos mienten (pagados por ellos) deliberadamente… necesitan las fakes. Y hoy más que nunca. Porque buscan voltear al gobierno que eligió la ciudadanía. Poco les importa la democracia… se les nota por sus constantes falsedades a pesar de su disfraz de demócratas. Solo buscan su beneficio y el de los que consideran aliados.

En el fondo se saben amenazados. Por los cuatro peores años de la democracia en los que gobernaron, porque temen que se les quite el disfraz y deban mostrar su verdadera cara a todos los argentinos. Y porque si no rosquean para volver rápido, no vuelven por mucho tiempo, quizá décadas… quizá nunca más. Por eso apuestan al fracaso (y empujan permanentemente con sus acciones como se vio en el tratamiento del Presupuesto) del gobierno. Aunque represente nuestro propio fracaso como nación. No es su business…

Pero el nuestro sí, y va la vida de las futuras generaciones de argentinos que seguirán nuestra huella. Espero que sea una huella digna de transitar. Y libre de fakes news.

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